20 cosas que los dueños de perros no deben olvidar
El ser humano y el perro llevan juntos desde hace cientos de años estableciendo un vínculo que va mucho más allá de lo afectivo. Es por esa razón que comúnmente, se dice que el perro es el mejor amigo del hombre. Son muchas las cosas que hacemos por ellos, así como también ellos nosotros. Generalmente, nos hacen mejor persona, aunque a veces, la carga de trabajo en la sociedad o las circunstancias hace que se nos olvide. Por eso, aquí hemos hecho este artículo con 20 cosas que los dueños de perros no deben olvidar.
Seguramente, podríamos hacer una lista aún más extensa, pero si estás atento y cumples con estas que aquí te dejamos, tu perro será un perro feliz todo el tiempo que esté a tu lado.
20 cosas que los dueños de perros no deben olvidar
Dale todo tu cariño
Si le das tu amor él siempre te lo devolverá multiplicado. Estrecha lazos y sé generoso con él. Quiérele y demuéstraselo y verás cómo surge un vínculo mágico que nadie nunca podrá romper.
Además, esto hará que el nivel de felicidad crezca, aumentando con ella la confianza y con ésta, la capacidad por aprender y ser adiestrado. Quiérelo sin más y tendrás un amigo para toda la vida.
No te guardes nada, pues el no lo hará contigo. Deja que te haga fiestas a tu entrada y disfruta de ellas. Despídete cuando te vas de casa, aunque sean cinco minutos y dile lo mucho que le quieres cada vez que lo sientas. Abrázale y traspásale tu energía de cariño hacia él.
Edúcale para la convivencia
Una de las tareas más importantes que tendrás como dueño es enseñarle acerca de lo que está bien o está mal. Es decir, educarlo para convivir pacíficamente en sociedad. Aprender a orinar en los sitios específicos, no pelearse ni morder o venir cuando alguien le llame por su nombre serán algunas de las cosas básicas que tendrás que enseñarle.
Cuanto mejor desempeñes esta tarea, a más sitios te lo podrás llevar con la tranquilidad de saber que no va a pasar nada malo. Y con ello, también crecerá el índice de felicidad, tanto suyo como tuyo.
Nunca olvides que te necesita
Aunque llegado el caso seguramente tu perro sea capaz de sobrevivir por sí mismo, en nuestros días nos necesitan para casi todo. Son nuestros compañeros, casi como nuestros hijos, y por eso somos los encargados de que siempre coma y beba sin problemas. Igualmente, somos los encargados de sus paseos y es que, tienes que recordar que una vez un perro te elige, siempre lo tendrás como mínimo en la puerta de tu casa. Pase lo que pase.
Ten mucha paciencia
Hay perros que tardan más y perros que tardan menos pero en el fondo, todos necesitan de unas cuantas repeticiones y varios días para conseguir aprender un concepto. Ten mucha paciencia con él y persiste en tu enseñanza. Antes o después conseguirá aprender aquello que le quieres enseñar.
Si por alguna razón vieras que te resulta imposible enseñarle, hay muchos especialistas que te enseñarán cómo hacerlo. O incluso que lo harán ellos por ti. Lo importante es tener paciencia y saber que es un proceso que lleva su tiempo.

No emplees la violencia
No es necesario intimidar o golpear a tu perro para que aprenda o siga tus instrucciones. Si le educas con amor, surgirán unos vínculos especiales que harán que tu perro no dude nunca en hacerte caso. De hecho, le encantará agradarte porque sentirá devoción por ti. Dale mucho amor y verás como no hace falta el empleo de la violencia, ni física ni verbal.
Acompaña sus peores momentos
A veces es posible que le surjan miedos, ansiedades, agresividad o quizás hiperactividad. Tú eres el humano y, en principio, el más listo de los dos. Demuéstralo. Dale paz en los momentos de mayor agitación y calma su ansiedad sin entrar en ella. Sé eso que necesita en los momentos más débiles.
Cuida de su salud
Acude al veterinario cada cierto tiempo para comprobar que todo está correcto. Desparasítele y báñelo cada cierto tiempo para cuidar de su higiene ya que esta será importante para su salud. Siga una buena alimentación y una buena rutina de paseos.
Tu eres su médico, su amigo, su padre, su madre, sus ojos y también su boca. Eres su cuidador y es necesario que te tomes en serio sus cuidados. Te necesita porque no puede ir al veterinario ni expresar su dolor con palabras. Debes conocerle y cuidar por los detalles para que siempre se mantenga en un estado óptimo.
Ten presente que jamás quiere molestarte
Aunque a veces nos podamos sorprender con el sofá, las sillas o los muebles mordidos, algún orín en el suelo, o la basura revuelta, debemos comprender que ninguna de estas cosas las hace para molestarnos. Por norma general son indicadores de necesidad y si estamos atentos, nos darán ciertas pistas sobre las carencias que tiene.
Como antes decíamos, ten paciencia, y aprende, y sobre todo, no descargues en él tu frustración por no comprenderle o haber sabido hacerlo mejor. Sé ordenado, limpio, y atento y verás como el índice de fechorías se reducen muy considerablemente.

Aprende de él
Obsérvale e intenta comprenderle. Empatiza con su esencia y con su mirada y descubre quien hay detrás de su alma. Esto te ayudará a comprenderle y así podrás aprender tanto cosas sobre él, como cosas sobre ti que posiblemente, ni te esperas.
Con el tiempo aprenderemos a ser más ordenados, cautos, limpios, intuitivos, empáticos y un montón de cosas más que no nos habían avisado que aprenderíamos. Relájate y disfruta del viaje evolutivo que supone tanto para él como para ti.
Preocúpate por él
Si ves cambios importantes o sientes que no está bien es que seguramente así sea. Preocúpate por tu perro y descubre cómo puedes hacer que su vida mejore. Recuerda que al final, su felicidad será la tuya.
Si crees que está enfermo, corre a tu veterinario y explícale los cambios que has notado o las sensaciones que tienes. Es mejor prevenir que curar. Mira en internet e infórmate y acude a especialistas si así lo crees conveniente.
No coartes su personalidad
Enseñarle cosas está muy bien, pero nunca coartes su personalidad. Déjale ser él mismo. Quiérelo tal cuál es. No le manipules, ni le obligues a no desarrollarse. Al igual que las personas, para ser feliz necesitará ser él mismo.
Estimúlale
Genérale estímulos, tanto físicos como mentales. Dale caña como se suele decir, pues él siempre querrá más. Cuanto más le estimules más feliz será y con ello, más joven se mantendrá. Además, este es un gran indicador de longevidad ya que por lo que apuntan los científicos, la felicidad está muy relacionada con el pasar de los años.
Sal a correr, con la bici o a andar y siente el bien que te hace a ti también su presencia. No son obligaciones, son cosas que a ti te vienen bien. Estimúlate y estimúlale.
Comparte tu vida
Haz que se sienta parte de tu vida. Llévatelo a reuniones sociales, de vacaciones, a paseos con más gente… Haz que se sienta una parte importante y que se sienta integrado dentro de tu círculo de confianza. Verás que cuanto más fuerte sea el vínculo entre los dos, mejor se portará y más fácil te lo pondrá todo. Es cuestión de afecto y él estará preparado y encantado de dártelo todo.
Dale un espacio
Preocúpate de que tenga un espacio cómodo para dormir o relajarse. Tiene que tener un espacio al que acudir cada vez que necesite descansar o relajarse. También si tú consideras que lo tienes q mandar a algún lugar. Búscale un acomodo dentro de tu hogar que él sepa que es su espacio.

No le abandones en la adversidad
En los peores momentos es cuando más te necesitará. Está ahí para él. Jamás lo olvidará. Si tiene algún accidente, padece alguna enfermedad o se hace mayor. Lo ideal es que tu seguridad y cariño le arrope. Eso le dará confianza y le aportará mucha fuerza y energía positiva. Al final, se trata de amar y seguramente, llegado el momento te nacerá hacerlo. Nunca olvides los buenos momentos mientras arropas los malos.
Llegado el momento, acompáñale también en su último aliento. Sé que será difícil, pero es algo que nunca olvidarás y él abandonará más tranquilo este mundo si tú estás a su lado.
Háblale
Muchas personas piensan que están haciendo el ridículo y por eso no les hablan a sus perros. Sin embargo, está demostrado que los perros entienden mucho más de lo que nos pensamos y es por eso que no deberíamos dejar de comunicarnos con ellos. Son muchas las cosas que aprenden de tu voz, de tu melodía, de ti, y es fundamental que les hablemos, incluso por el simple efecto que eso causa en nosotros mismos.
No te enfades mucho tiempo con él
No seas muy rencoroso y olvida pronto los cabreos. Él sólo te tiene a ti y, una vez comprenda por qué estás cabreado o qué ha hecho mal, está demás tenerlo castigado. Además, aunque sea necesario a veces el refuerzo negativo, la mayoría de psicólogos recomiendan la educación basada en los estímulos positivos.
Disfruta de los paseos por el campo
Cada cierto tiempo llévalo a pasar el día en la naturaleza. Disfruta con él de las vistas, los olores, los colores, y la majestuosidad de la naturaleza. No lo dejes pasar para nunca e intenta hacerlo el mayor número de veces posible. Verás cómo se pone de contento y como crece su índice de felicidad. Y probablemente, también el tuyo.

Dale regalos de vez en cuando.
Ya sea a modo de comida, tanto de la suya como de la tuya, con huesos, o juguetes, dale de vez en cuando algún regalito. Verás que contento se pone y como crece en él las ganas de estar bien contigo. Disfruta de su regalo con él si es un juguete, o déjalo que disfrute en soledad si es un buen hueso lo que le das. Lo importante es que el sienta que contigo siempre es una alegría estar a tu lado, y que se reconozca como un suertudo o suertuda.
Tócale mucho, Disfruta y quiérelo como algo más que un mejor amigo
Tú lo eres todo para él y seguramente, él o ella también haya conquistado tu corazón. Dale lo mejor que tienes dentro y haz que lo note. Acaríciale a diario, tócale mucho, sonríele, dale abrazos y nunca te dejes nada dentro. Siempre agradecerá una muestra de cariño. Además, sin que tú te des cuenta, habrás cambiado y habrá hecho de ti una mejor persona. Sé fiel a vuestro amor y disfruta de los días que vais a pasar juntos en esta existencia.