Es muy fácil saber cuándo un gato tiene estrés. Su comportamiento cambiará completamente, y se volverá mucho más arisco y agresivo. Hay una serie de causas que lo pueden ocasionar, y además se manifiesta en diversos síntomas. Es muy importante saber reconocerlos, pues de esta manera se sabrá cuándo acudir a un veterinario. Cuanto antes se diagnostique el estrés, antes se podrá actuar contra él, lo que será muy beneficioso para todos.
Problemas de salud
El sistema inmunológico de un gato con estrés puede dejar de funcionar como debería. Esto ocurre porque el estrés libera una serie de hormonas que interfieren en el funcionamiento de los glóbulos blancos. Por tanto, un gato con un sistema inmunológico que no responde adecuadamente contraerá habitualmente enfermedades infecciosas. Por supuesto, esto puede ser síntoma de que el gato se siente estresado.
Además, el estrés también puede afectar a la salud del gato de otras formas, por ejemplo ocasionando alopecia o asma bronquial. Si se sospecha que un gato sufre de estrés, o le aparece cualquiera de estos síntomas, habrá que acudir al veterinario para que lo examine. Él será quien lo diagnostique y recomiende el tratamiento necesario para su recuperación.
Cambios de la conducta
Aunque depende de cada uno, los gatos suelen ser animales dóciles. Por eso, un aumento de la agresividad puede ser síntoma de que algo malo le está pasando. Es muy probable que se deba a que el gato esté estresado. La agresividad se puede percibir por ejemplo si el gato araña y muerde, eriza el pelo de la espalda, mantiene la mirada fija, bufa o no quiere relacionarse con personas ni animales.
Un gato estresado por lo general también es agresivo, y su comportamiento cambiará de manera considerable. Es normal que también presenten comportamientos compulsivos, manías obsesivas, y además un estado de irritación general. Es muy fácil de percibir el estrés en el comportamiento de un gato, pues mientras dure no parecerá el mismo.
Ansiedad
El estrés produce ansiedad, lo que la convierte en el síntoma principal a la hora de diagnosticarlo. La ansiedad provocará en el gato un estado de miedo constante, y temerá determinadas cosas que antes no le suponían ningún problema. Un gato estresado y con ansiedad se sentirá muy mal, lo que lo hará propenso a auto lesionarse. También intentarán lamerse compulsivamente, creyendo que de esta forma se pueden tranquilizar. Además, la ansiedad puede hacer que quiera comer objetos que no debe, normalmente tela, por lo que deben estar muy vigilados.
Puede llegar a ser difícil convivir con un gato con estrés, pero por suerte es algo que se detecta sin grandes problemas, lo que permite comenzar a actuar de inmediato.
Trastornos alimentarios
El estrés afecta directamente a los hábitos alimenticios, lo que significa que un gato estresado sufrirá trastornos alimenticios. Es probable que no tenga ganas de comer en ningún momento, lo que podría suponer que acabe desnutrido, así que es muy importante controlarlo. Por el contrario, otros gatos decidirán comer compulsivamente, lo que hará que no digieran bien la comida, y la acaben vomitando. Para estos casos, hay comederos específicos que tiene una forma que obliga al gato a coger la comida despacio.
Sea cual sea el apetito de un gato estresado, habrá que controlar siempre su alimentación para que sea la correcta.
Marcaje
El estrés del gato lo hará querer marcar paredes y muebles grandes, como por ejemplo sofás. Esto no ocurrirá únicamente en gatos que ya lo hacen aunque no tengan estrés, pues lo cierto es que es un comportamiento que suele aparecer en gatos que no lo han hecho nunca antes. La forma de marcaje en gatos por estrés es arañar verticalmente, de arriba hacia abajo.
Esto puede provocar grandes destrozos en el hogar, por lo que es muy importante prestar atención al gato. Ante el mínimo síntoma de estrés, habrá que acudir al veterinario para que aconseje cómo actuar. De esta manera, además de ahorrarle ese sufrimiento, también se ahorrará tener que sustituir más de un mueble de la casa afectado por las uñas del gato estresado.
Causas de estrés en el gato
Nuevos animales
Cuando un gato está acostumbrado a estar solo, es normal que siente estrés si se introducen nuevos animales en el hogar. Sentirá que ya no es el único, y no le gustará estar siempre en compañía de otro animal. Muchos gatos se acostumbran rápidamente y consiguen trabar una gran amistad con su nuevo compañero, sea de la especie que sea. Sin embargo, otros se lo tomarán mal, sobre todo los que son poco tolerantes. Es posible que nunca se lleven bien y que vivan peleándose constantemente. Lo mejor es que un gato aprenda a relacionarse con otros desde que es cachorro, pues de esta manera no verá a los demás como una amenaza cuando se de esta situación.
Cambio de lugar
A un gato le gusta estar en su zona de confort, y cambiar de casa le puede causar estrés. No sentirá el nuevo hogar como suyo, y al principio no le gustará estar allí. No encontrará su rastro por ningún lugar. Esto no solo ocurrirá cuando se produzca un cambio de hogar, sino también cuando vaya a otro lugar de vacaciones, por ejemplo. Para solucionarlo habrá que conseguir que el gato se siente cómodo en el nuevo espacio. Para ello, será necesario que tenga un lugar propio con cosas que reconozca. Además, cuando el propio hogar se limpie y se eliminen las feromonas del gato que han quedado en los muebles, también puede que acabe teniendo estrés, pues sentirá que ese no es su espacio. El gato, para sentirse cómodo y reconocer su hogar, necesita percibir su rastro para poder saber que él ha estado allí, y que además es su casa.
Cómo solucionar el estrés en el gato
Cariño
En muchas ocasiones, el estrés en el gato es ocasionado por una falta de atención y de cariño. Será un mecanismo del gato para hacer saber que está ahí, y que alguien se dé cuenta. Bastará con pasar tiempo con él, mostrarle cariño, acariciarlo y también jugar de vez en cuando. Si un gato se siente cómodo y querido, es fácil aliviar su estrés.
Juegos
Un gato entretenido será un gato menos estresado. Además, jugar un tiempo considerable lo ayudará a liberar tensión, algo que conseguirá que se sienta mejor. Es importante que no se aburra, por lo que habrá que jugar con él para entretenerlo. Además, deberá tener sus propios juguetes, y si se ha cansado de los que ya tiene habrá que adquirir algunos nuevos. La novedad eliminará el aburrimiento, lo que también solucionará en muchas ocasiones el estrés. Al igual que los juegos son muy efectivos, también lo será el ejercicio. Es normal que un gato se estrese si está todo el día aburrido y encerrado en casa sin hacer nada, así que hay que evitarlo y hacer que juegue.
Tranquilidad
Hay que ayudar al gato a relajarse para que no esté estresado. Deberá tener su propio espacio en casa, y debe ser un lugar cómodo con un ambiente adecuado. Además, se le debe dedicar un tiempo exclusivamente al gato, donde se le acaricie y se le ayude a tranquilizarse. Poco a poco irá sintiéndose menos estresado, y por lo tanto también estará mejor.
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