Adiestramiento canino tradicional

El adiestramiento canino tradicional, al contrario que el adiestramiento a base de refuerzos positivos, se basa en la agredir o gritar al perro para que acabe obedeciendo por miedo. Así, en vez de recompensarlo por lo que haga bien, se castigará cuando se equivoque, normalmente mediante la fuerza física. Por suerte, este adiestramiento está quedado cada vez más atrás.
Orígenes del adiestramiento canino tradicional
El adiestramiento canino tradicional tiene sus orígenes en la Primera Guerra Mundial, pues es el que usaban los militares para entrenar a sus perros. Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, los perros militares siguieron entrenándose de este modo, y su efectividad pasó a oídos de todo el mundo. De esta forma empezó a usarse este adiestramiento también en perros domésticos.
La única finalidad de los militares de esa época era conseguir perros obedientes que sirvieran para la guerra. Queda bastante claro que las preferencias del perro quedaban completamente en un segundo plano. Este adiestramiento, además, puede fomentar la agresividad de los perros. Hoy en día, que se han realizado varios estudios, queda claro que el entrenamiento más aconsejable es el que se realiza a base de refuerzos positivos.
En la actualidad
Entrenar a un perro mediante el adiestramiento canino tradicional implica entrenarlo de la misma forma que se hacía antiguamente con los perros de guerra. Esto es algo que deja claro que no es para nada efectivo en una mascota. Aunque entrenar a los perros para la guerra ha quedado en un segundo plano, sí hay algunos que necesitan un entrenamiento especial, como los perros guía.
Quienes están a favor del adiestramiento canino tradicional, usan elementos como collares eléctricos, de púas y ahorque, afirmando que los perros resisten muy bien el dolor y que este método es muy efectivo. Lo cierto es que los perros resisten el dolor igual que los humanos. Pero aunque no fuera así, es completamente innecesario hacerlos sufrir cuando hay métodos mucho mejores y menos agresivos con los que adiestrarlos.
En qué consiste el adiestramiento canino tradicional
El adiestramiento canino tradicional tiene su base en el miedo y en el castigo. Cuando se quiere enseñar una nueva orden a un perro, o simplemente hacer que obedezca, en ocasiones se les implantan diferentes dispositivos que le ocasionen dolor, como collares de ahorque. A veces se realiza sin utensilios especiales, simplemente con el uso de la fuerza. Cuando el perro se equivoque, cosa muy normal en la fase inicial del entrenamiento, cuando todavía no tiene claro de qué se le está hablando y lo que se le está pidiendo, se le hace daño. Esto puede ser con la propia fuerza humana o con uno de estos utensilios.
Así, el perro vivirá con temor, haciendo todo lo que se le pida rápidamente por miedo a ser castigado sin entender muy bien por qué. Con este tipo de adiestramiento el perro no disfruta aprendiendo, sino que sufre. No acaba comprendiendo cuáles son las órdenes que tiene que realizar. Únicamente se centra en hacer todo lo posible para evitar ser castigado.
¿Es posible evitar los daños?
Por suerte, este entrenamiento se está sustituyendo por el adiestramiento a base de refuerzos positivos. Todavía hay quienes prefieren hacer sufrir a su perro para que obedezca cuando se le pida. Además, es posible que a larga el perro se vuelva agresivo al estar expuesto a daños físicos constantes. Llegará un momento en el que intentará defenderse y puede llegar incluso a atacar a su entrenador.
Hay especialistas en adiestramiento canino tradicional que son capaces de enseñar a las órdenes al perro sin hacerles demasiado daño, aunque sigue siendo a base de refuerzos negativos. Por supuesto, esto será mucho mejor que el hecho de que lo haga alguien inexperto. Sin embargo, sigue siendo más aconsejable el entrenamiento a base de refuerzos positivos, donde el perro no tendrá miedo y disfrutará con aprender.
Ventajas y desventajas del adiestramiento canino tradicional
Hay quienes afirman que la principal ventaja del adiestramiento canino tradicional es la rapidez con la que el perro aprende las órdenes, además de que siempre hace caso y casi nunca se equivoca. Pero lo cierto es que este tipo de entrenamiento está basado en los refuerzos negativos y en el miedo. De esta manera que el perro obedece por miedo a ser castigado si no lo hace, temiendo constantemente equivocarse por las represalias que eso pueda tener. El perro de esta forma no verá a su humano como su familia. Por el contrario, se fortalecerá el rol amo-esclavo por el que el perro tiene un miedo constante a ser castigado, haciendo siempre lo que se le pida sin posibilidad de desobedecer.
Reconsiderar las ventajas
Es cierto que es posible que el perro aprenda antes una orden de esta manera que mediante refuerzos positivos, pero es necesario plantearse qué es mejor, si aprender rápido a base de miedo, o aprender un poco más lentamente, pero mucho más cómodos y relajados, de manera que el perro hace las cosas por la felicidad que siente al hacerlas bien, y no por miedo a equivocarse y el castigo que pueda tener si hace algo mal.
Además, a medida que se vayan enseñando nuevas órdenes al perro, él irá olvidando las anteriores, pues no las interioriza, sino que hace lo que se le pide en el momento por miedo a sufrir algún daño. Por supuesto, no tendrá ningún interés en aprender nada nuevo, pues para él aprender será sinónimo de poder tener un castigo. En cambio, con los refuerzos positivos es todo lo contrario: el perro asocia aprender nuevas órdenes con recibir un premio, por lo que nunca presentará dificultades a la hora de aprender.
Existen incluso aparatos específicos para el adiestramiento canino tradicional, como collares que dan descargas eléctricas. Esto conseguirá aumentar el miedo, el estrés y la ansiedad del perro, pues estará sintiendo constantemente un dolor completamente innecesario.
En contra del adiestramiento con refuerzos positivos
El adiestramiento canino tradicional es todo lo contrario al adiestramiento a base de refuerzos positivos. Este último consiste en centrarse en los sentimientos del perro, teniendo paciencia en todo momento, sin desesperarse y tratándolo con cariño. Mediante los refuerzos positivos, el perro aprenderá nuevas reglas y órdenes mientras disfruta. Se trata de recompensarlo cuando realiza algo correctamente, ya sea con una chuche o simplemente con una caricia. De esta manera, el perro no se sentirá frustrado por haber hecho algo mal, sino que intentará mejorar para hacer lo que le pida su humano, deseando que lo recompensen.
A la hora de adiestrar un perro, es importante que haya confianza entre los dos, y que el perro además no tenga miedo. El adiestramiento tradicional deja a un lado los refuerzos positivos, de manera que el perro no tendrá recompensas, sino castigos. Esto hace que la relación perro-humano decaiga, mientras que con los refuerzos positivos se fortalece.
Qué hay que tener en cuenta al entrenar a un perro
Entrenar a tu perro implica disfrutar con el, pasar tiempo juntos e intentar que ninguno de los dos se frustre. Compensa mucho más la cara de felicidad del perro por haber hecho bien lo que se le pide, que el haber realizado la orden en sí. Así, además, el perro estará deseando aprender cosas nuevas para contentar a su humano. Por el contrario, la base de el adiestramiento canino tradicional es el miedo, cosa que hoy en día, por suerte, se está dejando muy atrás.
Los perros son un miembro más de la familia, por lo que es importante tratarlos con el mismo amor con que ellos nos tratan a nosotros. Hay que intentar dentro de lo posible que se sientan cómodos y que no tengan miedo de ser entrenados, teniendo especial consideración con los perros adoptados, pues no se sabe lo que han podido sufrir antes. Por eso, el entrenamiento a base de refuerzos positivos aporta resultados infinitamente mejores que el entrenamiento canino tradicional.