Educar a un cachorro es algo que necesita mucho tiempo y paciencia, pero que también dará muy buenos resultados. Lo que aprenda un perro siendo cachorro lo recordará siempre, por lo que es la mejor etapa para enseñarle cualquier cosa.
Es imprescindible que un cachorro aprenda a hacer sus necesidades en la calle, a comer o incluso a no morder demasiado fuerte. Además, también se le pueden enseñar trucos extra, como por ejemplo a sentarse o a dar la pata. Lo más importante es que el perro siempre se sienta cómodo y que tenga claro que no pasará nada si se equivoca en algún momento. La forma más eficaz de enseñar a un perro es mediante los refuerzos positivos.
Enseñarle a un cachorro dónde hacer sus necesidades
Si se quiere conseguir que un perro haga siempre sus necesidades en la calle, es recomendable que aprendan desde que son pequeños. El primer paso es enseñar al cachorro a hacerlas en un lugar determinado de la casa, pues es muy complicado que aprendan que deben hacerlas en la calle directamente.
Para ello, en el lugar elegido se pueden poner periódicos o empapaderas especiales que existen para esto. Cuando el cachorro se agache, o se vea que está haciendo sus necesidades en cualquier parte de la casa, se le debe coger rápidamente y ponerlo encima del sitio que se ha elegido.
Poco a poco el cachorro irá aprendiendo que si lo ponen ahí será por algo, y con el paso del tiempo será él quien directamente decida hacer sus necesidades ahí. Al principio, cuando estén aprendiendo, cada vez que hagan uso del sitio específico que se ha elegido, se les debe decir lo buenos que han sido. Da igual que se les haya llevado en brazos o hayan ido por su cuenta, se les debe dar una caricia, palabras bonitas o incluso alguna que otra chuche. El perro así irá aprendiendo que hacer sus necesidades ahí significa hacer las cosas bien y obtener una recompensa.
Cuando el perro haga sus necesidades en cualquier de la casa, se le debe indicar que eso no está bien y directamente llevarlo al sitio específico. Sin embargo, si no lo pillamos haciéndolo en el momento, es inútil reñirle cuando haya pasado un tiempo. El perro no será capaz de reconocer por qué se le riñe, pues ya se le habrá olvidado lo que ha hecho. Es imprescindible, por tanto, reñirle justo en el momento en el que vaya a hacer sus necesidades en cualquier parte.
Hacerlas fuera de casa
Una vez que el perro controle dónde hacer sus necesidades en casa, se podrá empezar a enseñarle a hacerlas fuera. Para eso, cada vez que se acerque a los periódicos o la empapadera, se le debe coger en brazos y sacarlo rápidamente a la calle. También es recomendable darle varios paseos al día de al menos media hora, y sobre todo darle alguna recompensa cuando haga sus necesidades en la calle.
Es un proceso largo y que requiere muchísima paciencia, pero el perro poco a poco irá comprendiendo que debe hacer sus necesidades en la calle, pues esta es la forma que tendrá de obtener una recompensa.
Enseñarle a comer
Los cachorros, sobre todo cuando son demasiado pequeños, pueden tener problemas a la hora de comer. Si se les quiere dar pienso, es recomendable que sea uno específico para cachorros. Las croquetas serán más pequeñas y blandas, algo imprescindible para sus pequeños dientes.
Estarán acostumbrados a mamar de su madre, y no a comer otro tipo de comida. Puede llegar a ser muy complicado que aprendan a comer pienso, así que primero se puede probar con comidas más blanda y fácil de comer.
Cuando haya aprendido a comer cualquier cosa que se le de, no querrá parar. Es muy importante controlarle las comidas, pues si son demasiado glotones pueden tener sobrepeso. Este es un problema muy habitual en perros, sobre todo en algunas razas. Hay que evitarlo siempre que se pueda, así que no se le debe dar más alimento que el necesario según su tamaño y peso. Además, los cachorros jugarán mucho, pero también pasarán mucho tiempo durmiendo, por lo que pueden tener sobrepeso igual que cualquier otro perro.
Dieta BARF
Además, el pienso no es la única alternativa que tiene un perro a la hora de comer. Existen diferentes dietas que pueden ser mucho más sanas y adecuadas para su organismo. Un ejemplo de ello es la Dieta BARF, que consiste en darles únicamente alimentos crudos.
La mayor parte de esta dieta debe ser la carne, sobre todo huesos carnosos con los que aprendan a fortalecer sus dientes. Esto acerca a los perros a su naturaleza, pues al ser carnívoros, si estuvieran en libertad se alimentarían casi exclusivamente de carne. La Dieta BARF también puede incluir vegetales y frutas, siempre que estén crudos. También incluye vísceras y órganos, y en ocasiones algunos complementos como yogur o aceite de pescado.
Esta dieta es la preferida de muchas personas, sobre todo por la gran cantidad de beneficios que tiene. El perro estará mucho más sano, con el sistema inmune reforzado, y también con un pelo más fuerte y sano. Es recomendable para perros de cualquier tamaño, siempre que se ajuste a él la cantidad de comida.
Enseñarle a jugar
Un cachorro, por lo general, estará todo el día queriendo jugar. A casi todos les encanta morder, tanto objetos que se encuentren por la casa como jugar así con otros perros. No hay nada malo en que lo hagan, pero deben aprender que pueden hacer daño, y que por lo tanto es imprescindible que controlen su fuerza.
Cuando el perro muerda demasiado fuerte, se debe fingir que ha hecho mucho daño, o incluso dejar de jugar con él. La próxima vez tendrá mucho más cuidado y morderá más suave, algo que se agradecerá sobre todo cuando sea mayor.
A un cachorro hay que prestarle atención constantemente, y debe tener juguetes propios con los que pueda disfrutar durante todo el día. Intentarán también robar cualquier cosa de la casa, como por ejemplo las zapatillas, así que hay que enseñarles a jugar solo con lo que es de ellos.
A todos los perros les encanta jugar, así que es recomendable que empiecen a hacerlo con otros perros mientras son cachorros. Para eso, se les puede llevar a algún parque específico de perros, donde aprendan lo divertido que es pasar el día con los de su misma especie. Así, además, serán mucho más amigables con otros animales a lo largo de su vida.
Los cachorros no podrán pasar ni un día sin jugar, algo que en muchos perros también ocurrirá cuando sean adultos. Les encantará tener alguna pelota o peluche que alguien le pueda tirar para que ellos vayan corriendo detrás. Es imprescindible, por tanto, que tengan sus propios juguetes con los que divertirse.
Enseñarle trucos
Todos los perros pueden aprender trucos, desde sentarse hasta algo más complicado como saltar vallas. Para eso, la clave del éxito está en tener mucha paciencia y ser constante. Los perros pueden aprender, pero necesitan tomarse su tiempo para entender qué es exactamente lo que tienen que hacer.
Siempre que hagan lo que se les pide se les debe obsequiar, por ejemplo con una chuche. Nunca hay que reñirles en exceso cuando se equivoquen o no comprendan lo que se les pide. Esto hará que los perros tengan un rechazo por aprender, mientras que si no se les riñe, pero sí se les recompensa cuando hagan algo bien, disfrutarán aprendiendo cosas nuevas.