En la naturaleza de los perros está la acción de morder, lo que significa que no hay que hacer que lo evite, sino simplemente que controle su fuerza y no lo haga cuando no debe. Además, un cachorro muerde aún más que los adultos, sobre todo por el dolor de encías que tienen al salir sus dientes. Esto significa que necesitan morder, pero por supuesto deben aprender que no pueden morder cualquier cosa. Para ello, la mejor opción es contar con algún juguete específico, y sobre todo tener en cuenta que todo entrenamiento debe hacerse a base de refuerzos positivos.
Pasos a seguir
Es muy importante saber que nunca hay que enseñar a un perro a dejar de morder completamente, pues es algo inmerso en su naturaleza que no debe desaparecer. Para ellos, morder es una forma más de comunicarse, pero sí que deben aprender que nunca pueden ser agresivos, y además que es necesario que controlen su fuerza. La mejor época para enseñar a un perro cualquier cosa es cuando es un cachorro, por lo que será más fácil que aprenda a no morder con fuerza ni demasiado a esta edad.
Hay que tener en cuenta que, por lo general, un cachorro muerde mucho más que un adulto. Esto ocurre por el dolor que sienten en sus encías cuando les crecen los dientes, algo que les llevará a querer morder cualquier cosa para aliviarlo. Además, muchas veces también morderá mientras juega, y esto es algo que debe aprender a evitar.
Si muerde mientras juega
Cuando se está jugando con un cachorro y muerde demasiado fuerte, habrá que pegar un grito o fingir un gran dolor. Al perro no le gustará haber hecho daño, por lo que poco a poco comprenderá que debe tener más cuidado. Es muy importante, además, que aprenda a que no tiene que relacionar jugar con morder. Para ello, cuando comience a morder, aunque sea de manera suave, habrá que dejar de jugar con él. Al cabo de unos minutos se puede retomar el juego, y se deberá volver a parar si muerde de nuevo. De esta forma comprenderá que si muerde se deja de jugar, algo que no querrá que ocurra bajo ningún concepto.
Si muerde porque le duelen las encías
Un perro al que le duelan las encías no querrá dejar de morder, por lo que lo mejor que se puede hacer es comprarle algún juguete para ello. Si no lo tienen, morderán cualquier cosa que encuentren por casa, como por ejemplo algún zapato o incluso algún mueble. Esto hay que evitarlo, así que la mejor opción será con que cuente con algún juguete específico que le ayude a calmar el dolor de sus encías.
Si muerde de manera agresiva
Un perro bien educado no es un perro agresivo, por lo que será algo positivo que aprenda a socializar con otros animales y también con personas desde que es pequeño. Esto hará que a medida que vaya creciendo se vaya acostumbrando a los demás, y debe saber verlos como amigos, y nunca como enemigos.
Juguetes
Es muy útil que un cachorro tenga juguetes a los que pueda morder. Hay algunos que incluso le ayudarán a fortalecer sus dientes, aunque la mejor opción para los cachorros son los juguetes de goma. Se les debe enseñar que deben morder sus propios juguetes, y nunca cosas de los demás ni cualquier cosa que encuentren por la casa. Por eso, es muy importante que no se usen otro tipo de objetos como juguetes, como por ejemplo una zapatilla antigua. Si fuera así, el perro querría jugar con otras zapatillas que se encontrase, pues las relacionaría con la que ya tiene y puede llegar a pensar que está bien morderlas.
No se puede pretender que un cachorro deje de morder si lo hace porque le duelen las encías. Es algo que hay que tener claro, por lo que la mejor opción no es intentar que no muerda, sino intentar que únicamente muerda determinadas cosas. Y, para eso, sin duda alguna la mejor opción es adquirir un juguete específico para ello, de manera que el perro además aprenda que tiene sus propias posesiones y se acostumbre a vivir en su nuevo hogar.
Refuerzos positivos
Sin ninguna duda, la mejor forma de enseñar a un perro cualquier cosa es mediante refuerzos positivos. Es el método más eficaz de entrenamiento, por lo que también es la mejor opción cuando se quiera enseñar a un cachorro que no debe morder. La clave de los refuerzos positivos es la paciencia, y consiste en entender que el perro se debe tomar su tiempo para aprender algo nuevo. No hay que tener prisa, y siempre hay que premiarle cuando haga lo que se le dice. Esto puede hacer con una chuche, por ejemplo, pero también con caricias o simplemente algunas palabras bonitas.
Hay utensilios específicos para este tipo de entrenamiento, como por ejemplo el clicker para perros. Es un aparato que emite un sonido que el perro debe aprender a relacionar con algo agradable, por lo que es recomendable combinarlo al inicio con una chuche. Poco a poco se irá eliminando la chuche, hasta que quede únicamente el clicker y el perro sepa relacionarlo con algo bueno. Lo más importante es tener paciencia y no presionar al perro, pues de esta forma los resultados serán los esperados.
Nunca refuerzos negativos
El entrenamiento a base de refuerzos negativos se centra en castigar al perro cuando lo hace mal, a veces gritándole y otras incluso pegándole. Esto hace que el perro aprenda las órdenes a base del miedo, pero nunca las llega a comprender e interiorizar, por lo que es un entrenamiento mucho menos efectivo. Por supuesto, nunca hay que gritar demasiado o pegar a un perro, y mucho menos durante un entrenamiento. La mejor opción es disfrutar del tiempo que se pasa en su compañía, y que los entrenamientos los acabe disfrutando, y nunca temiendo. Además de que no hay por qué hacer que el perro lo pase mal, esta forma de adiestrar a un perro es mucho menos efectiva, ya que nunca aprenden las órdenes realmente.
Qué hacer si muerde
Las primeras etapas del entrenamiento pueden ser algo más difíciles, así que será normal que el cachorro se equivoque de vez en cuando. Cuando esto pase, es necesario saber que nunca hay que reñirle en exceso ni, por supuesto, pegarle o castigarle. La manera más efectiva de corregirle si ha mordido a alguna persona es que finja un gran dolor, pues el perro lo pasará mal si sabe que ha hecho daño a alguien, y tendrá más cuidado la próxima vez. En cualquier caso, será suficiente con decirle que no haga lo que está haciendo.
Hay que tener en mente, por supuesto, que la mejor opción de entrenamiento es a base de refuerzos positivos. Al igual que se le dice al perro que lo hace mal cuando se equivoca, es recomendable recompensarle también cuando haga las cosas correctamente. Es la mejor forma de aprender, ya que además disfrutará mientras lo hace, lo que hará del entrenamiento un proceso más rápido, fácil y también efectivo. Aunque se le puede avisar de que ha hecho algo mal, bajo ningún concepto habrá que usar la fuerza física contra él.