Hacer pis fuera de casa es una de las primeras cosas que debe aprender un perro. Es mejor enseñarle desde que es un cachorro, pero si llega a la familia cuando es un adulto, no habrá ningún problema en que aprenda. Es difícil que sepan hacer sus necesidades en la calle directamente, así que se debe ir paso a paso. Primero deberán aprender a hacerlas en un lugar específico de la casa, y después ya se podrá pasar al exterior.
Empezar en casa
La mejor forma de enseñar a un perro a hacer sus necesidades fuera de casa es que aprendan desde cachorros. Sin embargo, cuando son todavía demasiado pequeños no es recomendable que salgan a la calle, sobre todo si no tienen sus vacunas. Podrían relacionarse con otros perros enfermos que perjudiquen la salud del propio cachorro.
Por eso, para empezar a educar a un cachorro, lo primero que habrá que hacer es destinar un sitio de la casa para que haga sus necesidades. Hay empapaderas específicas, similares a un pañal con forma de manta que se puede colocar en el baño, por ejemplo. También hay quienes usan papeles de periódico. Lo importante es que el perro sepa que ese es el único lugar donde puede hacer sus necesidades, al menos hasta que pueda salir a la calle. Si se intenta este método con perros adultos, será mucho más fácil con perros de razas más pequeñas.
Cómo comenzar a enseñarle dónde lo tiene que hacer
Para enseñarle a hacerlo en un lugar específico hay que prestarle muchísima atención. Cuando veamos que el perro se agacha, o simplemente que va a hacer sus necesidades en cualquier parte, hay que decirle que no y llevarlo rápidamente al lugar que se ha destinado para ello. Una vez lo haga allí, se le debe recompensar, ya sea con una chuche o simplemente con caricias y palabras bonitas. Así, el perro comenzará a relacionar hacer sus necesidades en ese lugar con hacer las cosas bien, y poco a poco irá aprendiendo y lo hará solo. A un perro le encanta que le digan lo bueno que es y lo bien que ha hecho algo, así que el mismo deseará realizar lo que le piden correctamente. Así, además de tener contentos a sus humanos, también estará contento él.
En muchas ocasiones veremos que el perro ha hecho sus necesidades donde no debe, aunque no se le haya pillado haciéndolo. Puede ser poco efectivo reñirle en ese momento, pues ya se le habrá olvidado lo que ha hecho y no entenderá lo que está pasando. Para que el perro lo comprenda, es imprescindible reñirle justo en el momento que lo está haciendo, para que así sepa qué es exactamente lo que hace mal.
Cuando el perro ya sepa dónde tiene que hacer sus necesidades dentro de la casa, y siempre las haga en ese lugar, si ya está vacunado se le puede empezar a enseñar a hacer pis en la calle. Será un proceso largo y difícil, así que es importante tener muchísima paciencia.
Enseñarlo a hacer pis en la calle
Es imprescindible que el perro ya sepa más o menos en qué lugar de la casa debe hacer pis siempre. Hay que tener en cuenta también la opinión del veterinario, pues si es demasiado pequeño a lo mejor todavía no puede salir.
Los perros suelen hacer sus necesidades un tiempo después de comer o beber, así que se les puede prestar atención y ver con qué regularidad van al lugar que se ha destinado para ello. Cuando ya se sepa sobre qué hora hay que sacarlos, hay que quitar la empapadera o periódicos.
El siguiente paso es sacar al perro rápidamente a la calle, pues probablemente no pueda aguantar mucho tiempo, sobre todo si es cachorro. Una vez fuera, se pondrán los periódicos o la empapadera en un lugar donde puedan hacer sus necesidades. El perro lo reconocerá y de esta forma logrará ir aprendiendo.
Cuando en casa ya no esté el lugar destinado a que hagan sus necesidades, se sentirán confusos si todavía no tienen claro que deben hacerlas en la calle. Hay que vigilarlos, y cuando se agachen hay que sacarlos rápidamente.
Los primeros días será difícil, pero con constancia todo se puede. Se recomienda que den como mínimo dos o tres paseos al día, de al menos media hora. Será tiempo más que suficiente para que hagan sus necesidades fuera. Sobre todo al principio, será de gran ayuda si se les recompensa de alguna manera cada vez que lo hagan bien. Por eso, se pueden llevar chuches a los paseos, o simplemente acariciarlos o decirles lo bien que lo han hecho. Los perros se alegran mucho de hacer felices a sus humanos, así que lo recordarán y la próxima vez ya sabrán qué hacer.
Mucha paciencia
Los perros son animales inteligentes, por lo que no es difícil que aprendan trucos, así como educarles bien. Por eso, todo el que se lo proponga podrá enseñar a su perro a hacer pis fuera de casa. Es recomendable que esto se enseñe al perro desde que es un cachorro, pues es el momento de la vida en el que están más receptivos a aprender cosas nuevas. Además, si un perro lleva años acostumbrado a hacer sus necesidades por cualquier lado, será mucho más complicado enseñarle a hacerlas fuera de casa.
Sin embargo, en ocasiones es imposible enseñar al perro desde que es un cachorro. Por ejemplo, los perros adoptados cuando son adultos no se sabe qué vida han tenido antes, ni qué han podido aprender. Eso no significa que sea imposible enseñarles a hacer sus necesidades fuera de casa, pero sí que será más complicado.
Refuerzos positivos
Lo esencial, al igual que al entrenar en general a cualquier perro, es tener paciencia y hacerlo a base de refuerzos positivos. Esto consiste en darle alguna recompensa al perro cuando haga bien lo que se le pide, como por ejemplo una caricia en la cabeza. Hay que evitar que se frustre, pues eso desembocará en un rechazo por aprender y será muchísimo más complicado enseñarle nada. Debe saber que no hay prisa, que puede tomarse el tiempo que necesite para comprender una orden y llevarla a cabo.
Por eso, es esencial que se eliminen los refuerzos negativos del entrenamiento de un perro. No se le debe castigar ni maltratar cuando se equivoque, sino hacer que se sienta cómodo en todo momento. Su meta debe ser hacer las cosas bien, y nunca tener miedo a hacerlas mal. De esta manera, tanto el perro como quien lo entrene se lo pasarán muchísimo mejor y los resultados serán infinitamente mejores.
El entrenamiento mediante refuerzos positivos está ganando tanta popularidad que incluso existen aparatos específicos para ello. Un ejemplo es el clicker, un pequeño utensilio con un botón que emite un sonido. Se debe accionar cuando el perro realice correctamente la orden que se le ha pedido, de manera que empiece a relacionar ese sonido con hacer las cosas bien. Hay alternativas al clicker, como hacer un sonido específico sin necesidad de ningún aparato. También hay opciones para los perros sordos, como por ejemplo usar un puntero láser. Esto beneficiará al perro, sobre todo porque la ingesta de demasiadas chuches, que es lo que se suele usar como recompensa, puede causar problemas de sobrepeso.