Condicionamiento operante en perros

Condicionamiento operante en perros mediante el uso de métodos de entrenamiento que permiten a tu mascota a asociar ciertos comportamientos caninos con sus consecuencias y usar conductas “ positivas” y “negativas” de modo adecuado.
Un método de aprendizaje muy útil con mascotas
La verdad es que cualquier método de entrenamiento de mascotas están basados en los principios del condicionamiento clásico y operante.
Vale pero ¿qué es el condicionamiento operante en perros?
Se trata de un modo de aprendizaje con perros en el que el comportamiento se controla en función de las consecuencias que estas generan. La idea es que las conductas que se refuerzan tienden a ser aprendidas, mientras que los comportamientos que son reprimidos se eliminan. Mediante el condicionamiento operante, una conducta voluntaria del animal que nos gusta, es seguida por un refuerzo, (como puede ser un premio alimenticio). De este modo, el comportamiento positivo que hemos elegido y reforzado tiende a ser repetido por el perro en el futuro. Vamos que gracias al condicionamiento operante, podemos hacer en una mascota asociaciones entre una conducta que deseemos y su consecuencia.
Por ejemplo: Si ves a tu perro tumbado tranquilo en el sofá de casa, lo llamas, viene a tu lado y lo acaricias, estás reforzando la conducta de ir hacia ti cuando lo llamas, por que le recompensas con mimos y besos. ¿Entiendes ahora?
B. F. Skinner fue la persona que desarrolló este método de aprendizaje influido por las investigaciones de Pavlov, Edward L. Thorndike y Charles Darwin.
Para poder aplicar el método de aprendizaje de condicionamiento operante con tu mascota tienes que tener en cuenta estos cuatro puntos indispensables:
Condicionamiento operante en perros: 1º El refuerzo
Debes utilizar premios para reforzar una conducta concreta que quieres que tu perro haga y quieras que repita en el futuro mediante algo que le guste a tu mascota por encima de todo. Alimento y cariño! Esto se define como refuerzo positivo y es el mejor modo de hacer saber a un perro que lo que acaba de hacer es lo que tu quieres. Por ejemplo, le dices a tu perro que se tumbe y lo hace, y tu le acaricias por que ha hecho lo que le has dicho. (Caricias = premio) Con esto, además incitas al animal a que repita esas conductas en el tiempo ya que son recompensadas con un refuerzo de conducta.
También existen los refuerzos negativos. Esto es, si un perro se acerca al tuyo en la calle y le ladra y tu perro se asusta, cuando el otro animal se vaya, al tuyo se le pasa el susto. Esto genera que cuando vea otra vez llegar a ese perro el tuyo se asuste incluso antes de que se ponga a ladrar.
2º Los “castigos”
Lo primero que te digo desde ya! Es que castigar a tu perro NO ES GRITAR NI PEGAR A TU PERRO. Los castigos consisten en crear refuerzos negativos para que ciertas conductas que no nos gustan vayan desapareciendo. ¿Cómo? Pues ignorar durante unos minutos al perro o quitarle un juguete que le guste mucho. ¿Entendido?
Por ejemplo, si estás jugando con tu mascota canina y te muerde por que aún es un cachorro y al no controlar mucho aún se “enciende” y te acaba haciendo daño, pues dejas de jugar con el y te vas a hacer otra cosa.
Pese a todo, yo no lo recomiendo ya que estos refuerzas negativos cuestan mucho más de entender y aceptar por un animal que los positivos.
3º Eliminación
Si, puedes eliminar conductas no deseadas de tu cachorro mediante el condicionamiento operante. Verás, te pongo un ejemplo y verás como lo entiendes a la primera.
Imagínate que estas en casa un domingo con tu cachorro y viene un amigo a verte. Pues resulta que el perrito, cada vez que ve a tu amigo se tira encima de el y le muerde los zapatos. Y a ti esa conducta no te gusta nada. Sobre todo por que el cachorrito es un pitbull que en menos de dos años se hará muy grande, y como siga con la fea costumbre de morder los zapatos de la gente que viene a verte a casa, al final la vamos a liar.
Pero es que el problema es que cuando tu perrito mordisquea los zapatos de tu amigo, este se ríe y lo acaricia. Y claro, está generando una conducta que tu amigo refuerza con mimos. Pero si dices a tu amigo que no vuelva a acariciar a tu mascota frente a la citada conducta ( desaparece el refuerzo positivo) y además ignora al animal (refuerzo negativo) obligas al perro a no hacerlo, y cuando veas que tu perro no repite ese comportamiento frente a tu amigo y rápidamente lo premias. Creas un refuerzo positivo de otra conducta nueva que se va imponiendo a la antigua. Así consigues cambiar las conductas de tu perro y eliminar aquellas que no quieras. Fácil, ¿verdad? Y SIN GRITOS NI GOLPES NI CABREOS.
4º Control de estímulos
Otro factor importante que tienes que saber es que con el condicionamiento operante estás controlando muchos estímulos, esto es, cuando le dices a tu perro que se siente y lo hace, solo piensa y hace eso. Le estás reprimiendo de otro tipo de conductas como correr, por ejemplo. Y es que en este caso la orden de sentarse, se ha convertido en el estímulo que controla la conducta. Y bueno, controlar estímulos es otro modo de mejorar la atención de tu perro y que de paso se vaya olvidando de otras conductas que no quieres ver en tu mascota. Vamos que ayuda a que se aprendan nuevas conductas, solapando otros comportamientos que no nos gustan.
Para acabar te cuento que hacer trabajar a tu perro en deportes de perros, socializando a tu cachorro, o en entrenamientos como el clicker, que por otro lado se basa en el condicionamiento operante descrito en este artículo, es muy recomendable para que un perro sano e inteligente sea feliz. Y recuerda que con métodos de condicionamiento operante puedes crear y corregir comportamiento y problemas de conducta, a la par que refuerzas los vínculos entre tu perro y tú. ¿Qué más se puede pedir?