Morder es algo natural de todos los perros, y es importante saber que no es algo que haya que eliminar, sino simplemente moderar. Por supuesto, todos los perros deben aprender a controlar su fuerza, y también a conocer qué pueden morder y qué no. Los muebles, así como otros objetos como por ejemplo los zapatos, en muchas ocasiones son las víctimas preferidas de los mordiscos de los perros. Deben aprender que únicamente pueden morder sus propios juguetes, y no cualquier cosa que encuentren por la casa.
Es esencial saber por qué lo hace
Es normal que los perros muerdan, y hay muchas razones por las que lo hacen. Hay que saber que nunca hay que eliminar este comportamiento, sino únicamente reducirlo. Hay que enseñarle que puede hacer daño con los dientes, y que por tanto debe controlar su fuerza. Para ellos, morder es un modo de comunicación y un comportamiento natural. Eso no significa que deben morder cualquier cosa, así que hay que enseñarles qué pueden morder y qué no. Deberán tener juguetes específicos, y saber que los muebles, por ejemplo, no se deben morder.
Encontrar la causa
Para ayudar al perro a aprender qué no debe morder, hay que saber primero cuál es el motivo por el que lo hace. Normalmente es porque tienen una sensación agradable al hacerlo. Los cachorros, cuando están desarrollando los dientes sentirán un gran dolor, y por eso intentarán morder cualquier cosa para reducir las molestias. Cuando un perro es adulto, es normal que siga mordiendo para afilar sus dientes.
Por desgracia, hay algunos objetos que prefieren morder antes que otros, aunque no deben hacerlo. Los muebles son muchas veces la opción elegida por demasiados perros, y también los zapatos. Sin embargo, no siempre la causa de la necesidad que tienen de morder es algo relacionado directamente con sus dientes. En ocasiones lo hacen porque están estresados o agobiados, y es una manera de liberar tensión para ellos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando pasan demasiado tiempo solos en casa, o incluso cuando acaban de llegar a un hogar que no conocen y con el que no están familiarizados. Habrá que evitar las situaciones de estrés en el perro, pues pueden llegar a ser algo muy perjudicial para ellos.
Es mucho más recomendable encontrar la causa y ayudar al perro a superarla que reñirle cuando muerda algo. De esta forma será mucho más fácil que deje de hacerlo, y se le ahorra pasar un mal rato innecesariamente.
Qué hacer para evitarlo
Según el motivo
Una vez que se sepa la causa, hay que ayudar al perro a superarla. Si muerde por estrés o por agobio, será recomendable que salga más a la calle y que no pase demasiado tiempo solo. Le puede venir bien aprender a socializar con otros perros. A veces un perro muerde los muebles simplemente porque está aburrido y no se le ocurre otra cosa que hacer. En ese caso, deberá tener juguetes propios, y será muy recomendable jugar con él siempre que se pueda.
Juguetes específicos
Hay juguetes especiales que sirven para que el perro los muerda, evitando de esta forma que muerda otra cosa que no debería. Son muy fáciles de encontrar en tiendas, y hay una gran variedad de modelos. Si es un juguete atractivo que llama la atención del perro, dejará de morder los muebles y otras cosas que no debe para centrarse únicamente en él. Además, hay juguetes de este tipo para que los muerdan los cachorros y aliviar las molestias que puedan sentir en los dientes.
Hacer deporte
Un perro que haga deporte llegará a casa cansado y liberará toda su energía en la calle. Esto lo distraerá y evitará el aburrimiento y el estrés, por lo que es probable que un perro con una actividad física moderada deje de morder los muebles.
Hay parques específicos para perros donde pueden correr, jugar o incluso ser entrenados fácilmente. Dos paseos al día en uno de ellos será más que suficiente para muchos perros. Tras un día divertido jugando con otros perros, o corriendo por todo el parque, será mucho más fácil que cuando llegue a casa lo que haga sea descansar. Por supuesto, esto evitará las ganas de morder los muebles, así como otros objetos que tampoco están destinados para eso.
Qué hacer si también muerde las manos
Aunque los perros la mayoría de las veces no muerden con la intención de hacer daño, deben aprender que pueden hacerlo, y que por eso deben controlar su fuerza. En muchas ocasiones muerden únicamente para jugar, pero a veces se emocionan demasiado y emplean más fuerza de la que deberían.
Cuando un perro muerda a una persona más fuerte de lo que debería, incluso aunque no haya llegado a hacer daño, se debe fingir un gran dolor. Está bien dar algún grito y apartarse rápidamente. A los perros lo que menos les gusta es hacer daño a los miembros de su familia, por lo que si aprenden que pueden hacer daño, serán los primeros en intentar evitarlo. Cuando se esté jugando con el perro es muy común que acabe mordisqueando por una sobreexcitación. En este caso, habrá que apartarse y dejar de jugar. Aprenderá que morder significa que se acaba el juego, y como eso no le gusta, la próxima vez lo evitará.
Los refuerzos positivos
Educar a un perro puede ser un proceso largo y complicado, y está claro que hace falta tener mucha paciencia. Es imprescindible que el aprendizaje se lleve a cabo a base de refuerzos positivos. Es una forma de aprender mientras se divierte, y si además el entrenador es un miembro de su familia, pues será un momento ideal para disfrutar de pasar tiempo juntos. Un perro que aprenda a base de refuerzos positivos se lo pasará bien, y aprenderá órdenes y trucos de manera mucho más efectiva. Los refuerzos negativos, por el contrario, se basan en hacer daño al perro y en el aprendizaje a base de miedo. Esto hay que evitarlo, pues no tiene ningún sentido si hay métodos mucho mejores, más efectivos y que no hacen sufrir a nadie.
Repelentes antimordiscos
Lo normal es que los perros dejen de morder lo que no deben si se soluciona su causa, o si también se le ha dado algún juguete específico para ello. Sin embargo, no siempre es así, por lo que han salido al mercado unos repelentes antimordiscos para ayudar a que el perro no muerda lo que no debe.
Son unos productos con unos sabores que resultan desagradables para los perros, normalmente amargos o picantes. Estos productos no son tóxicos para los perros, así que si hay alguno que sí se sienta atraído por el sabor no tendrá ningún problema de salud, simplemente no actuará como repelente.
Para usarlos, se debe aplicar una pequeña cantidad en un trozo de tela y acercársela al perro. La olisqueará e intentará probarla, y lo normal es que muestre su rechazo. Si es así, queda claro que el producto funcionará correctamente como repelente, y que por lo tanto se puede aplicar sobre el mueble que se quiera evitar que el perro muerda. Si por el contrario, aunque no es lo normal, el perro muestra su agrado hacia el repelente, desgraciadamente será un método que no funcionará, y no será necesario aplicarlo en el mueble.