Seguramente has oído hablar sobre el Dingo. Algunos dicen que es un predador salvaje y nocivo, otros que sus orígenes fueron como mascotas acompañantes del hombre, y otros quienes por falta de conocimientos, han desclasificado a al dingo poniéndolo al nivel de perros comunes e incluso, alimañas.
Pero poco se dice realmente sobre quién es el perro dingo, el perro salvaje o lobo australiano. Ese es el motivo que nos lleva a decirte todo lo que has de saber y características de este majestuoso animal, así como sus importantes funciones en el medio ambiente y ecosistema de Australia, Asia y de todo nuestro planeta.
Características morfológicas

El dingo tiene una longitud general de 110 cm, algunos superan los 150 cm de largo en su edad adulta. El peso oscila de 25 a 32 kilogramos. Tanto las patas traseras como delanteras son prolongadas. Existe cierto dimorfismo entre machos y hembras, por lo general, las hembras son de menor tamaño.
Respecto a la apariencia física hay mucha polémica sobre su clasificación. Los dingos de sangre más pura oficialmente están en Fraser Island. Cuentan con un pelaje dorado rojizo ligeramente marrón o beige, el cual es más claro en la infancia. En otras partes de Australia se puede ver dingos mestizos, que comparten las mismas características salvajes que los dingos de Fraser, pero que no son clasificados igual por tener apariencias diferentes.
Hábitat natural y adaptación
Los dingos son de las pocas especies caninas consideradas nativas de Australia que pese al cambio ambiental y daños por parte del hombre, han sabido adaptarse a diversos entornos a lo largo de la historia. En un ambiente salvaje común viven en bosques y matorrales, pero se les puede ver en montañas de bajas temperaturas o en playas calurosas. Esta habilidad para adaptarse a nuevos climas y condiciones, son lo que ha ayudado a la especie a mantenerse hasta ahora.
Personalidad y carácter
Esta especie es sumamente jerárquica incluso desde la crianza. Tanto la madre como el padre formarán una manada de cachorros los cuales educarán y protegerán bajo un estricto orden. Alguna de las crías, eventualmente será el macho alfa. Generalmente el cachorro dominante sobresale desde pequeño en los juegos o a la hora de comer, procurando ser el más agresivo y rezagando a sus hermanos a los cuales, posteriormente guiará y dominará cuando ocupe el lugar de macho alfa de la manada. Aun así, mientras sean críos y sean vulnerables, mantendrán una actitud sumisa ante su padre.
El comportamiento habitual del dingo es muy similar al de los lobos. Los adultos son más solitarios. Se reúnen para cazar o con motivos de supervivencia, pero mantiene cierta distancia entre machos. Los mayores enseñan a las crías a cazar, dejando a los jóvenes participar en la cacería cuando ésta no es potencialmente peligrosa. Asimismo, los adultos les permiten probar diferentes tipos de carne para distinguir a cada presa y la forma de cazarlos.
Estos animales suelen ser excelentes predadores en estado salvaje. Forman grupos sociales a la hora de cazar, se comunican entre ellos formulando estrategias para asechar a las presas y obtener alimento. No se sabe a ciencia cierta, cómo se comunican entre ellos para planificar las cazas en equipo, pero son bastante precisos en ello, manteniendo un método específico para cada tipo de animal; cuando se trata de animales rápidos como emúes, eligen generalmente a uno de los más lentos persiguiéndolo y asechándolo hasta cansarlo, mientras que con un marsupial, lo habitual es atacarlo en grupo en partes vulnerables para inmovilizarlo. Es habitual que los dingos prefieran a las presas más vulnerables como animales enfermos, lastimados, débiles o muy jóvenes. Atacan mordiendo los tendones de las extremidades o zona arterial del cuello de la presa, pudiendo también asfixiarla por medio de la mordida. Esto especialmente es útil cuando se trata de enseñar a los dingos más jóvenes a cazar y a defenderse. Gracias a estas características, son considerados los mayores depredadores actuales de Australia.
Alimentación y hábitos alimenticios
Los dingos son animales mayormente carnívoros. La dieta de este animal se conforma en un 70% aproximado de mamíferos medianos o grandes, pero sus presas pueden abarcar más de 170 especies. En un ambiente salvaje el dingo puede comer marsupiales, dromaíidos, felinos y reses, aclaramos este punto porque como hemos dicho anteriormente, por la misma situación que ha orillado a muchas poblaciones a adaptarse a nuevos entornos, con el fin de cumplir sus necesidades alimenticias, muchos dingos dejan la cacería por falta de presas y otros factores, convirtiéndose en carroñeros por necesidad o consumiendo animales más pequeños como conejos, roedores o reptiles e incluso robando comida o basura de las playas que dejan los turistas.
Un ejemplo de lo anterior dicho, es lo que pasa con muchos de los dingos en las costas de Fraser Island, pues, aunque popularmente se tenga la idea que son los únicos dingos de sangre pura, muchos de ellos se han adaptado a estilos de vida más pacíficos por supervivencia, ya que la escasez de comida y la reducción de su ambiente natural en dicha isla es alta, por lo que algunos consumen alimentos diferentes a los de su dieta natural como lo son huevos de tortugas, aves, roedores e incluso vegetales como frutas o bayas.
Respecto a la ingesta de líquidos, ésta aumenta más en verano. Cuando hay agua disponible, consumen la que sea necesaria, pudiendo aumentar el doble la ingesta de agua que en invierno. Sin embargo, también pueden aprovechar la sangre de sus presas para reponer líquidos cuando el agua es escasa.
Reproducción y sexualidad
La reproducción es anual y ésta comienza dependiendo de la época en la que se desate el celo de la hembra. Esta es la razón por la cual los machos sólo entran en brama una vez al año. La edad reproductiva del macho llega al año, mientras que las hembras pueden demorar hasta dos años. No hay una época determinada para la reproducción, ésta se puede dar en cualquier momento del año, salvo en zonas muy frías, donde se da al llegar la primavera o en zonas muy cálidas, que se da mayormente en otoño. Se piensa que son monógamos.
Las primeras hembras en alcanzar la madurez sexual, serán las hembras alfa dominantes. El celo dura aproximadamente dos meses. El estado de preñez dura dos meses. La puesta es de 5 a 10 crías con un promedio de 8 crías en general, las cuales la hembra tendrá en una madriguera, que puede ser una cueva, agujero o escondrijo deshabitado por otros animales, que será poco visible y alejado.
La crianza es participativa. Aunque hemos mencionado que los dingos son de carácter solitario, cuando se trata de proteger a las crías, los adultos buscan participar en la crianza y protección de las crías. Aunque comienzan a salir del nido a las 8 semanas, los machos son los primeros en abandonar la madriguera, cuando alcanzan la madurez sexual casi al año del nacimiento.
¿Perro nativo o subespecie del lobo?
Aunque estos mamíferos son conocidos como perros salvajes australianos, lo cierto es que muchos investigadores coinciden en que el origen de los mismos se remonta aproximadamente hace 5000 años DC. Se piensa que llegaron a la isla continental traídos por migrantes asiáticos hace miles de años y posiblemente son descendientes del lobo asiático, de hecho, los dingos no sólo son visibles en Australia, aunque éste país cuente con la mayor densidad de sus poblaciones, también los hay en el sureste asiático. Aunque recientemente otros investigadores por el contrario, consideran que el dingo en sí no se puede clasificar ni como perro ni lobo, sino que tiene que ser reivindicado como un canino nativo de Australia.
De lobos mascotas a perros salvajes
Si bien es sabido que son una subespecie del lobo, por muchos siglos estos animales convivieron con el hombre, incluso fueron domesticados por nativos. Sin embargo, con la llegada de los colonizadores europeos, los dingos fueron rezagados y rechazados como perros salvajes, pues por su instinto natural asechaban los ganados y animales domésticos traídos por los europeos. Esto generó un rechazo social y cultural que sigue hoy en día y que impulsa a muchos ganaderos y campesinos a matar a los dingos con el fin de proteger su ganado o por miedo a ser agredidos. En algunas zonas o provincias incluso la ley alienta a las personas a matar a estos animales.
Por otro lado, sólo un tercio de las poblaciones de dingos son consideradas por la sociedad australiana como dingos puros, debido a que esta especie se ha mezclado con perros domésticos y estos híbridos son a los que sacrifican en el país, ya que no los consideran dingos legítimos pero sí depredadores peligrosos.
Vulnerabilidad de la especie
Los dingos de sangre pura en algunas zonas están catalogados como vulnerables, aunque cuentan con cierta protección por ser una especie característica de Australia. No obstante, los dingos híbridos están fuertemente amenazados por las personas que los sacrifican para cuidar del ganado, caza comercial o por costumbre cultural.
La reducción de los hábitats naturales de los dingos por la expansión de las ciudades y cambios ambientales, han afectado seriamente las poblaciones de dingos. Sumado a esto, el ya existente rechazo cultural a estos animales, ha causado que se reduzcan aún más los ejemplares de esta especie.
Impacto en el medio ambiente e importancia en el ecosistema
A pesar de que hoy en día el dingo sigue siendo rechazado por gran parte de la sociedad y población australiana, lo cierto es que cumple actualmente una función muy importante y determinante para recuperar el equilibrio de la biodiversidad y fauna australiana. Debido a la introducción de felinos, aves salvajes y zorros no pertenecientes a Australia, varias especies nativas han sido reducidas e incluso extinguidas por este desequilibrio. El dingo ayuda a balancear y combatir este problema por su naturaleza depredadora, ya que al cazar y combatir a estos animales, también permite la protección y prosperidad de las especies originales del país, permitiendo que otras especies debajo de él en la cadena alimenticia, también puedan prosperar.
Los dingos no son mascotas
Uno de los problemas que han surgido sobre todo en los últimos años, es la domesticación del dingo y la sobre-aproximación del hombre hacia él. Si bien los dingos no son una especie particularmente agresiva con el ser humano ya que mantienen cierta distancia natural o por temor o incluso llegan a desarrollar amistad con los humanos, se han reportado casos de humanos atacados por dingos. Generalmente esto ocurre cuando las personas se aproximan demasiado a estos animales por curiosidad o de manera amistosa y terminan siendo atacados, especialmente esto pasa cuando se invade el terreno de estos animales, incluso hubo un caso de un niño que murió por estas imprudencias.
¿Cómo se puede evitar la extinción del dingo?
Muchos activistas, zoólogos e investigadores al rededor del mundo, están buscando cambiar la percepción negativa que se tiene sobre el dingo y optimizar las leyes australianas para disminuir o detener las agresiones contra este animal. Lo cierto es que mientras se sigan destruyendo ecosistemas para ampliar las ciudades, mientras siga permitiéndose la cacería indiscriminada y comercio del dingo como mascota o atracción, seguirán disminuyéndose los ejemplares, por lo que no fomentar estas acciones, puede generar resultados muy positivos para ésta y otras especies.

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