Las vacunas son necesarias para proteger a nuestras mascotas de muchas enfermedades y, en la mayoría de los casos, también son obligatorias como modo de garantizar la seguridad de las personas. Pero hay efectos secundarios de las vacunas en perros que debes conocer, para que estés pendiente si vacunas a tu perro.
Por amor a los perros
Afortunadamente muchos de nosotros amamos a nuestras mascotas. No solo perros, sino también gatos, conejos, cobayas, hurones, y un sinfín de roedores y animales de otras especies, aunque es cierto que el número de perros es mayor al de otras mascotas.
Debido al amor que sentimos hacia nuestro perro, y de la lealtad que este nos devuelve, se ha ido creando conciencia en torno al mundo perruno, para alcanzar a convertirnos en una sociedad que da un lugar propio a este animal, con un sinfín de servicios para ellos, y sobre todo de una atención sanitaria que controla la salud del animal a lo largo de su vida, para su bienestar y para la seguridad de quienes le rodean.
La convivencia y el contacto frecuente entre el dueño y el perro, crea un lazo que es tanto físico como emocional. Que ambos se mantengan saludables propicia una alta calidad de vida a los dos, esto es deseable para todos.
Son fundamentales las vacunas, las cuales vienen a prevenir un buen número de enfermedades en los perros, y protegernos a nosotros los humanos que convivimos en el mismo entorno. Además, que la vacunación evita muertes prematuras por enfermedades que pueden evitarse y garantizan la presencia de nuestro apreciado perro, evitando lamentar pérdidas a veces muy sensibles, así como algunas otras enfermedades que pueden ser traspasadas y afectar a los humanos. Un ejemplo de estas enfermedades altamente contagiosas tanto entre perros como de animales a humanos es la rabia.
Si tienes perro, seguro que lo quieres y sabes que él también te quiere. También sabes que “el amor cuesta” por lo que al perro le cuesta aguantar las vacunas y sus efectos secundarios, y a ti pues, estar al tanto de cuando vacunarlo y ocuparte de atenderle esos efectos secundarios. Esto no deja de ser una relación en la que cada parte tiene un roll importante.
¿Porqué usar vacunas?
Desde que en 1885 Luis Pasteur salvó a un niño de morir a consecuencia de la mordedura de un perro rabioso, el uso de vacunas se hizo cada vez más generalizado, hasta que hoy en día es obligatorio para perros de todas las razas a nivel mundial pensando en evitar las consecuencias en los humanos.
El uso de vacunas caninas contribuye a mantener la población de perros que comparten su vida con humanos en un óptimo estado de salud, y como toda acción preventiva, evita dedicar tiempo y recursos en la atención a enfermedades previsibles mediante la aplicación de planes adecuados de vacunación. Existen numerosas vacunas para combatir enfermedades en los perros como el moquillo canino, la rabia, el parvovirus, la hepatitis o la leptospirosis entre otras, algunas vacunas están diseñadas incluso contra varias de estas enfermedades en una misma inyección.
Estas razones influyen no sólo en la decisión de los propietarios de aplicar vacunas a sus perros sino que también algunos gobiernos incluyen en sus políticas de salud la obligatoriedad de algunas vacunas caninas, precisamente por su trascendencia para la salud humana y de otros animales de interés económico.
Las de carácter obligatorio suelen variar en correspondencia con el clima y área geográfica y algunas otras se dejan con carácter opcional, a criterio del propietario del perro. Esto hace que si has decidido tener un perro en casa, debes estar informado y al tanto de lo regulado localmente en tu zona de residencia.
Si algunas vacunas son de obligatorio cumplimiento en el lugar que vives, no tienes opción, te guste o no, la ley obliga. Hay que ponerla y por tanto estar preparado para lidiar con los posibles efectos secundarios de estas vacunas. De cualquier manera, las vacunas constituyen una garantía de salud, tanto para el animal como para el propietario del mismo.
Intervención del veterinario. Una razón de peso
Un plan de vacunación adecuado, sólo debe ser establecido por un médico veterinario, quien lo hará teniendo en cuenta no sólo la raza, sino además la talla, edad, así como los antecedentes de salud y otros indicadores que desde un punto de vista “técnico” pueden introducir variaciones en el plan de vacunas de uno a otro animal, pues aunque todos sean perros, y el plan incluya las mismas vacunas, cada uno es un individuo con características diferentes y algunas no precisan (por ejemplo) las mismas dosis para todos los casos.
Será el veterinario quien decida cuándo procede la vacuna para tu perro y si su organismo la va a tolerar, o ha de ser pospuesta, debido a que el animal se encuentra enfermo o bajo tratamiento de algún tipo y la aplicación de la vacuna puede ser contraproducente.
Aplicación de vacunas y efectos secundarios
Para entender el principio de acción de las vacunas, suele decirse que no es más que la inoculación del germen “debilitado” de una enfermedad determinada, para provocar la generación de anticuerpos específicos a esa enfermedad en el organismo al que se ha vacunado.
Sería como un entrenamiento previo para el sistema inmunitario, para aprender a afrontar enfermedades específicas (en este caso contra la que se está vacunando al perro) por tanto, es de esperarse que en tu perro puedan manifestarse síntomas similares a los de la enfermedad que previene la vacuna, que no es para preocuparse, pero sí debe prestarse atención y consultar con el veterinario si esos síntomas del perro son algo habitual debido a la vacuna o es debido a que está enfermo-
Puede ocurrir que por casualidad el perro se enferme de otra cosa sin ninguna relación con la vacuna y este conocimiento te permita tomar la conducta más adecuada en ese momento y es el veterinario quien nos dirá todo acerca de sus posibles efectos secundarios cuando le vayamos a vacunar.
Además de los síntomas normales tras la aplicación debes atender a otras señales, que pueden asociarse no sólo a la vacuna propiamente, sino a la intervención del que la aplica, que no siempre es un veterinario.
Puede haber dolor, fiebre, inflamación o enrojecimiento de la zona de aplicación de la vacuna, pues a fin de cuentas hemos pinchado el animal con una aguja, en un lugar que a veces no es el más indicado. Esta es otra de las razones por las que te recomiendo acudir a un veterinario antes de proceder por cuenta propia o de alguien no capacitado al 100%.
Evita lesiones irreversibles a consecuencia de una mala aplicación de la vacuna. Si la aplicación es intranasal, lógicamente debe esperarse manifestaciones relacionadas con la irritación de esa zona.
Estar atento es lo más importante
Algunos efectos secundarios no requieren acción ninguna, por ser derivados de una respuesta natural, sólo dejar pasar el tiempo y el propio organismo del perro se encarga de resolverlos, pero en otros casos debe aplicarse algún medicamento o acción paliativa, por lo que siempre debes estar alerta para detectar alguna de sus manifestaciones para discriminar cual lleva intervención y cual no y ante cualquier duda vuelve a la consulta con tu veterinario.
Aunque no es lo ideal, Internet también nos vale para consultar alguna duda si acudes a fuentes fiables, y ayudarte a conocer efectos secundarios normales de una vacuna en tu perro, pero ten en cuenta que esto no te hace especialista para decidir un tratamiento ante alguna manifestación y la causa. Lo mismo ocurre con el tratamiento para cualquier dolencia animal, que tiene que ser siempre implantado por un veterinario de nuestra confianza.
Por otro lado, tampoco te confies demasiado, pensando que todo es normal y consecuencia de la vacuna, un síntoma aparentemente insignificante (como unos cuantos estornudos del perro al cabo de unas horas de haberse vacunado) puede no significar nada o ser a consecuencia de algo ambiental y transitorio, pero puede ser manifestación de alguna alergia a alguno de los componentes de la vacuna o a los materiales utilizados al ponerla.
Debes tener en cuenta, que aunque no sea la primera dosis de una vacuna y la dosis anterior no haya tenido efectos secundarios, no significa que una nueva dosis no los origine, puede que si.
De cualquier manera, lo más importante es evaluar durante varios días los cambios , tanto del estado de ánimo, como de alguno de los hábitos de tu perro, y velar por la aparición de cualquier otro síntoma que pueda indicarte que algo no está igual que siempre para poder actuar si es necesario, pues aunque podemos estar prevenidos de los posibles efectos secundarios no se puede prever cual se manifestará o cual no.
Algo más que vacunas
Garantizar la salud de tu perro lleva algo más que vacunas. Resulta de gran relevancia entre los cuidados necesarios a los perros mascota e incluso a los dedicados a algún trabajo y hasta los lindos de clase, que solo compiten como elegantes modelos, ser correctamente desparasitados.
La convivencia con humanos requiere, como parte de la responsabilidad de los que los poseemos, evitar el intercambio de parásitos perro-humano y viceversa, que también suele ocurrir y en cambio pocas veces lo tenemos en cuenta.
Piensa que nuestras enfermedades pueden afectarlos y es algo que también debemos evitarles, a fin de cuentas seremos los que nos encarguemos de su cura, y aquí vuelve el tema del tiempo y recursos empleados en tareas evitables y que además no son agradables.
Igualmente debes preocuparte por una buena alimentación y ejercitación de tu perro, sobre todo si ya tiene cierta edad, los ancianos son más sensibles a enfermedades y aún requieren de alguna vacuna, aunque nos parezca que en algún momento ya han recibido suficientes, y a pesar de que a veces muestren más efectos secundarios cuando se les vacuna y es a eso a lo que tenemos que dirigir nuestra mayor atención.
Como te he comentado desde el principio, deja que el veterinario evalúe cuando ya no necesite ninguna otra vacuna. No lo abandones a merced del riesgo por no vacunarlo, es preferible enfrentar las consecuencias de los efectos secundarios que una enfermedad grave y que se puede evitar. El balance riesgo-beneficio siempre sigue a favor de utilizar la vacuna.
Un ambiente limpio y agradable de la zona de estar del perro también lo será para los que conviven con el animal. Devuélvele su lealtad y su amor, dándole a tu perro los cuidados que este ser se merece y los que, a su vez, son necesarios para que toda la familia se encuentre en perfecto estado de salud, siendo el primero de ellos el animal, lógicamente, pero también sus humanos y, en términos generales, la sociedad. Un perro sano, no es un peligro, sino que es un amigo de valor incalculable.