Esta enfermedad se transmite de unos perros a otros, aunque siempre se produce esta transmisión por medio de un insecto, principalmente por un mosquito. Un perro no puede contagiar directamente a otro perro sin este intermediario. Es una enfermedad muy peligrosa, por lo que es extremadamente importante tenerlo en cuenta para prevenirla, o al menos tratarla desde el primer momento. Desgraciadamente, los síntomas no siempre se manifiestan, y si lo hacen no será hasta pasados seis meses desde la infección.
Síntomas de la filariosis canina
La filariosis canina es una enfermedad cardiopulmonar, por lo que afecta a los pulmones y al corazón. Aunque es más común en perros, también pueden padecerla algunos gatos, y también se puede conocer como gusano del corazón. Desgraciadamente, los síntomas no siempre son visibles, aunque si el perro los tuviera los más comunes serían tos, y también taquicardias, problemas a la hora de respirar y malestar general. Un perro con gusano del corazón no tendrá mucha energía. Por tanto, no tendrá ganas de hacer muchas cosas a lo largo del día.
Además, si los síntomas aparecieran, no sería hasta que hayan pasado seis meses desde la infección. Esto es un tiempo prolongado. Por esto mismo, el gusano podría acabar en un ojo o en una pierna del perro. Esto puede provocar otros problemas como cojera, pérdida de visión o incluso ataques epilépticos.
En casos más graves, cuando la enfermedad haya evolucionado, es posible que el perro tenga síntomas como anemia, desmayos, problemas de coagulación o hemorragias nasales. En casos extremos, esta enfermedad podría acabar en la muerte del animal, por lo que es muy importante de prevenir o tratar a tiempo para evitar disgustos.
Transmisión de la filariosis canina
Esta enfermedad es causada por un gusano que puede medir hasta 30 centímetros, y ocasionará problemas en el corazón y los pulmones del perro que lo contenga. Es una enfermedad contagiosa que no es difícil de transmitir, aunque la forma principal por la que un perro puede contraerlo es mediante un mosquito. Si este mosquito pica a un perro que tenga gusano del corazón, podría contagiar a los perros que pique después. Además, los mosquitos no son los únicos transmisores, pues hay unos 80 insectos diferentes que pueden transmitir esta enfermedad de un perro a otro. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que un perro nunca podrá transmitírsela a otro directamente, esto tiene que hacerse siempre mediante un insecto, principalmente un mosquito.
Tratamiento de la filariosis canina
El gran problema de esta enfermedad es que suele detectarse demasiado tarde, pues los síntomas pueden ser inexistentes o aparecer cuando ya ha evolucionado demasiado. Por eso mismo, el tratamiento que se suele usar en este punto es demasiado fuerte, y será importante que el veterinario examine a cada perro antes de recomendarlo para ver si podría resistirlo o no.
Para que el tratamiento funcione correctamente, habrá que eliminar del organismo del perro todos los parásitos, especialmente los gusanos de un menor tamaño. No son fáciles de matar, ya que si los gusanos son demasiado grandes podrían tardar incluso meses en morir. Por eso mismo, cuando el tratamiento haya terminado será especialmente importante que el veterinario examine al perro para ver si de verdad los gusanos del corazón se han eliminado completamente.
Es normal que sea un proceso largo y nada agradable para el perro. Por eso mismo, hay que cuidarlo muy bien y prestar especial atención a su descanso, algo que es esencial para su correcta recuperación. Un perro que no descanse correctamente podría acabar con los gusanos muertos en sus pulmones, por lo que es algo muy importante a tener en cuenta. Por supuesto, la figura del veterinario será esencial durante todo el proceso.
Prevención de la filariosis canina
Es una enfermedad peligrosa, difícil de detectar si no se es profesional y, además, con un tratamiento complicado. Por suerte, hoy en día es posible prevenirla, algo especialmente importante en una enfermedad tan peligrosa como esta, que si se contrae incluso podría acabar en la muerte del perro.
Además, es importante saber que hay algunas zonas donde estos gusanos suelen contagiarse en mayor medida, especialmente en lugares del sur y el este de Europa. Esto depende de donde haya más mosquitos o insectos capaces de transmitir la enfermedad, y se encuentran principalmente en lugares húmedos y con temperaturas que no sean muy altas. Por supuesto, pueden encontrarse en cualquier lugar, por lo que la prevención será esencial independientemente de donde viva el perro.
Hay una gran variedad de productos que se pueden utilizar para prevenir esta enfermedad, y normalmente hay que renovarlos una vez al mes aproximadamente. Lo más cómodo son las pipetas, pues bastará con poner su contenido sobre el perro para evitar que las larvas se desarrollen y entren en la circulación sanguínea del perro. También se pueden encontrar estos productos en forma de comprimidos, fármacos o incluso inyecciones. Por supuesto, será esencial que un perro lleve su calendario de vacunas al día para evitar enfermedades tan peligrosas como esta.