La inhibición de la mordida en perros ayuda a que no hagan daño cuando estén jugando o incluso estropeen un objeto al sujetarlo con los dientes, pero es importante saber que no es recomendable eliminar la mordida completamente de su carácter, pues es algo propio de su naturaleza, y pueden sentirse desprotegidos si tienen miedo a morder en determinadas ocasiones. Ellos mismos agradecerán aprender a morder suave, sin dañar nada ni a nadie, pues es algo que no agrada a ningún perro con un buen carácter.
Es una parte esencial del entrenamiento del perro, y es imprescindible que se lleve a cabo durante los primeros meses de vida, pues de lo contrario será infinitamente más complicado que aprendan a morder con poca fuerza.
Un perro que consiga morder suavemente será un gran compañero de juegos tanto para otros perros como para los propios humanos, pues será un perro bien entrenado cuyo único propósito será jugar, siempre evitando hacer daño a todo el mundo. Los perros son animales fieles, además de cariñosos, por lo que ellos disfrutarán más de esta manera de jugar que pudiendo dañar a cualquiera.
En qué consiste la inhibición de mordida en perros
A los cachorros les encanta jugar a moderse, además de que necesitarán tener algo en la boca que morder en el periodo de desarrollo de los dientes para evitar el dolor. Es algo completamente inofensivo cuando los perros son pequeños, sobre todo porque no cuentan con la fuerza suficiente como para hacer daño al morder, pero cuando son adultos, si no se les ha enseñado a controlar esa fuerza, pueden causar graves daños con sus dientes, aunque su intención sea únicamente jugar.
Es importante saber que la idea no es evitar que el perro muerda, pues es algo característico de ellos que es muy difícil de eliminar, sino que hay que conseguir que sean conscientes del daño que pueden hacer, y hagan lo posible por evitarlo.
Así, los perros podrán jugar entre ellos a morderse siempre que sea suavemente, y aprendiendo que cuando uno no quiera seguir, el otro debe parar y dejarlo tranquilo. Los perros no deben morder de manera agresiva nunca, ni aunque se enfaden, aunque siempre que muerdan de manera suave, ya sea para jugar o para indicar algo, no está mal que lo hagan, pues es propio de su naturaleza.
Para evitar que muerdan a otros perros de manera brusca, pudiéndoles hacer daño, es imprescindible que aprendan a relacionarse con ellos desde que son cachorros, momento en el que la mordida no es dañina por su carencia de fuerza. Se les podrá reñir si parece que lo hacen de manera demasiado agresiva, pues así irán aprendiendo poco a poco que los demás perros son amigos, nunca enemigos.
Por qué no evitar la mordida completamente
La mordida es una forma más de comunicarse de un perro, muchos la utilizan para llamar la atención o simplemente para decir que algo no les gusta, además de, por supuesto, jugar. Por eso, si se elimina completamente de su carácter, pues se le ha enseñado a relacionarlo con algo malo, el perro perderá un elemento de comunicación muy importante para él, y podrá quedar indefenso ante determinadas situaciones. Por eso, lo imprescindible es que no hagan daño, pero nunca que dejen de morder completamente.
Qué beneficios tiene
Además, la inhibición de la mordida no es solo importante para que el perro no haga daño a otros animales o a humanos, sino que también tiene otros beneficios. Los perros utilizan la boca para coger todos los objetos, por lo que, por ejemplo, la inhibición de la mordida servirá para evitar dañarlos si los cogen con demasiada fuerza. Esto no ocurrirá solo cuando coja sus juguetes, pues los perros son muy curiosos y juguetones y tienden a coger objetos que no les corresponden. Por eso, si utilizan sus dientes con poca fuerza, se evitará que dañen cualquier cosa frágil que cojan con la boca.
Los perros son animales con muy buen corazón que, a no ser que tengan miedo y se intenten defender, nunca querrán hacer daño a nadie. Si se les enseña a morder suave, sin que a nadie le afecte, ellos serán los primeros en agradecerlo, pues no hay nada peor para un perro que querer jugar y terminar consiguiendo lo contrario.
Técnicas
La mejor manera de enseñar a un perro a que muerda de manera suave, es fingir que te ha hecho daño con los dientes. Si se acerca con intención de jugar y comienza a clavar los dientes, es recomendable lanzar un grito como hace él cada vez que le duele algo. Así, soltarán rápidamente lo que hayan mordido por miedo a hacer daño cuando no era esa su intención, de manera que la próxima vez lo harán mucho más suave.
También hay otra forma de hacer que los perros muerdan sin demasiada fuerza, y es dejar de jugar con ellos cuando muerden. Muchas veces están jugando con sus humanos y se emocionan demasiado, y reaccionan abriendo la boca y mordiendo lo primero que pillan. En este momento, su compañero de juegos deberá irse, haciéndole entender que si hace eso no jugará más, y así la próxima vez intentará evitarlo.
Es imprescindible fingir el dolor o abandonar el juego inmediatamente después de que el perro muerda, pues si se espera un tiempo no será capaz de relacionarlo, y no entenderá lo que ha pasado ni lo que ha hecho mal. Los perros son animales muy inteligentes, pero no está demás ayudarles a comprender. Esto es algo que ocurre al entrenarlos para cualquier cosa, pues son capaces de relacionar un comportamiento con lo que acaban de hacer, pero no lo relacionarán si ha ocurrido hace demasiado tiempo, por lo que únicamente será una situación confusa para ellos, y no aportará ningún beneficio.
Paciencia y refuerzos positivos
Al principio puede ser algo complicado, pero los perros son muy inteligentes y enseguida comprenderán que pueden hacer daño mordiendo demasiado fuerte, y como eso es lo último que quieren conseguir, tendrán todo el cuidado posible la próxima vez.
Lo más importante es que se les enseñe a morder suavemente en su etapa de cachorros, aproximadamente hasta los 4 meses. Al igual que ocurre con los humanos, la mejor época para aprender es cuando son niños, pues si se les enseña cuando ya son adultos será mucho más complicado. Además, al ser cachorros será mucho más fácil, pues están continuamente jugando a morderse, o incluso cogiendo objetos para aliviar el dolor de los dientes que están apunto de salir. De hecho, lo que más le gusta hacer a los cachorros es morder y dormir.
Nunca hay que pegar a un perro o gritarle excesivamente cuando muerda, siempre que su intención no sea mala. Los perros muerden agresivamente cuando tienen miedo o cuando han sido maltratados, como ocurre con muchos perros en adopción, pero no es esa su naturaleza. La mayoría de las veces, ellos solo quieren jugar, aunque se pasen un poco con la fuerza empleada, y si se les hace daño a ellos entenderán que no está bien que jueguen y acabarán teniendo miedo de hacerlo.
La mejor manera de enseñarles es hacerles comprender que pueden hacer daño a quienes más quieren, y ellos mismos serán quienes intenten evitarlo. Un perro es fácil de adiestrar mediante refuerzos positivos, mientras que los refuerzos negativos no harán más que empeorar la situación. Es suficiente, por tanto, fingir que han hecho daño, o hacerles entender que no se va a jugar con ellos cuando muerdan. De esta manera, la próxima vez lo harán mejor.