La insolación en perros es un trastorno grave que ocurre cuando nuestra mascota se ve expuesta a condiciones de calor extremas. Esto se debe a la poca capacidad que tienen los canes para regular su temperatura interna, en combinación con otros factores de riesgo que aumentan la posibilidad de padecerla. Como dueños debemos estar conscientes de su prevención y brindarle a nuestro perro el cuidado adecuado, ya que la insolación suele traer consecuencias importantes y en muchos casos fatales.
Para refrescarse, ellos no cuentan con poros ni glándulas sudoríparas. Por lo tanto, el sistema que utilizan los caninos para liberar el calor interno, es a través de la respiración: mientras el animal exhala, libera calor de su interior, el cual se condensa periódicamente en su hocico lo que ayuda a refrescar el aire que ingresa al cuerpo. Todo este proceso implica mucho esfuerzo físico por parte del perro, ya que para conseguir restablecer su temperatura de 39° le toma mucho tiempo, por lo que se considera un método poco eficiente.
Causas de la insolación
La principal causa de insolación en perros gira en torno a una prolongada exposición al calor. Si bien los perros necesitan recibir dosis diarias de luz solar para mantenerse sanos, si no se controla el entorno donde habitan, podrían exceder los niveles apropiados y provocar la insolación. De igual manera ocurre si mantenemos a nuestra mascota en una habitación poco ventilada, si bien no está recibiendo calor directamente del sol, su temperatura interna puede aumentar críticamente hasta el punto de sofocarse y sufrir daños. El riesgo de insolación se incrementa durante el verano y cuando ocurren olas de calor, por lo que se debe tomar previsiones.
¿Cuáles son los perros más propensos?
Existe una gran variedad de perros, entre diferentes razas y características, los cuales pueden ser en mayor o menor medida más propensos a sufrir de insolación que otros. Desde luego, no sólo las características físicas son relevantes, también se tiene que tomar en cuenta otros factores, como la edad del animal y sus condiciones de salud.
La edad
Un perro adulto en buenas condiciones de salud es capaz de tener una mayor tolerancia al calor al igual que más energía para realizar el debido proceso de regulación térmica corporal. Sin embargo, cuando son cachorros tienen una menor tolerancia al calor y aún no dominan adecuadamente el proceso de respiración adecuado para expulsar el aire caliente de su organismo. A medida que el perro envejece, su respiración es mucho más pausada y se fatiga con facilidad, por lo que se le dificulta llevar el proceso exitosamente.
Enfermedades
Las enfermedades cardíacas y respiratorias limitan al animal en el debido proceso de liberar el calor de su cuerpo, por lo que los perros que tienen estos padecimientos, aumentan el riesgo de sufrir insolación o golpe de calor a su vez que disminuyen sus oportunidades de sobrevivir a ella.
Tipo de pelo
Aunque parezca absurdo, el tipo de pelo del animal tiene un impacto en la cantidad de calor que almacena en su interior, y por consiguiente, puede complicarle las cosas cuando la temperatura del ambiente se vuelve crítica. Los perros con pelo oscuro retienen más calor que aquellos con pelo de tonos claros. Esto no significa que un perro blanco no pueda sufrir de insolación, mientras que uno negro está destinado a sufrirla, sino que en términos de probabilidad, los de colores oscuros son más propensos.
También la densidad y el largo del pelo son factores de consideración. Los perros de pelo abundante conservan mejor el calor interno, por lo que suelen ser las mascotas ideales para climas fríos, sin embargo, un canino con estas características igual puede habitar en climas calurosos siempre que se empleen los cuidados adecuados.
Otras características
La obesidad también es un factor importante ante los riesgos de insolación, pues mientras más peso tenga el animal, su habilidad para respirar se verá comprometida y por ende su capacidad de liberar el calor interno. Los perros que son producto del cruce intencional de razas y que resultaron en estructuras faciales extremas, donde se ve comprometida su capacidad para respirar, como el es caso de los bulldog, tendrán más posibilidades de sufrir de insolación y menos oportunidades de sobrevivir a estos casos.
¿Cómo saber que nuestro perro está sufriendo de insolación?
A veces podemos no ser capaces de identificar un principio de insolación, pues los primeros síntomas que presenta el perro, son tan comunes como cuando está cansado o simplemente acalarorado. Para optimizar el diagnóstico oportuno, debemos siempre considerar las situaciones a las que el perro ha sido expuesto y procurar siempre mantenerlo bajo observación.
Síntomas extrínsecos
Algunos síntomas son fácilmente observables, entre ellos podemos encontrar:
- Jadeos incesantes: Es normal que nuestro perro jadee, lo hace por muchas razones, no obstante, si observamos un jadeo más arduo de lo normal luego de que se ha expuesto a condiciones de calor, debemos sospechar de insolación.
- Ansiedad: Cuando el perro está atravesando una insolación, la fatiga y el mismo calor lo envuelven en un estado emocional delicado, donde comienza a presentar ansiedad. Podemos observarlo caminar de un lugar a otro sin que pueda encontrar acomodo o bien puede intentar buscar nuestra atención.
- Aspecto anormal de las encías: cuando el perro padece los estragos de la insolación, sus encías adquieren una características pegajosa y seca, donde se puede observar que se le pegan los labios a ellas. En contraste, el animal también puede presentar una salivación excesiva y espesa.
- Poca coordinación muscular: Cuando el perro intenta camina bajo los efectos de la insolación, presentará un desvarío en sus movimientos, que se va agravando al punto de no poderse mover para finalmente desplomarse.
- Manchas en la piel: Este síntoma suele presentarse luego de un prolongado estado de insolación, donde se evidencian manchas de sangre internas en la piel del perro, similares a hematomas. Si el perro es de pelo largo o abundante se dificultará la observación de dichas manchas a simple vista.
Síntomas intrínsecos
Mucho de lo que sucede de importancia en nuestra mascota cuando se encuentra en un estado de insolación, es únicamente observable al realizar un análisis físico del perro y no a simple vista. Entre éstos síntomas están:
- Temperatura alta: al existir la sospecha de insolación, debe tomarse la temperatura del animal con la ayuda de un termómetro y se confirma cuando esta supera los 39°.
- Taquicardia: se produce por el estado de agitación y la velocidad de respiración que se presenta en el animal y puede agravarse con el paso de los minutos.
Síntomas de gravedad
Cuando el estado de insolación se vuelve grave, el animal puede presentar temblores, vómito, diarrea, apatía, convulsiones y desmayo o pérdida del conocimiento. Es importante poder detectar el problema antes de que el perro llegue a un estado crítico, ya que puede no sobrevivir.
Efectos de la insolación a corto y mediano plazo
A pesar de que podamos tratar a nuestra mascota a tiempo, ésta puede acarrear una serie de consecuencias con serias implicaciones para su salud. Algunas de ellas se presentan al poco tiempo y otras se desarrollan a largo plazo, todo dependerá de qué tan oportuna fue su atención médica.
Hemorragias internas
Como consecuencia de insolación, los perros pueden presentar sangrado interno, lo que se manifiesta como manchas de sangre en la piel. Aunque dependerá de la magnitud de dichas hemorragias, el animal podrá reponerse con tratamiento.
Insuficiencia renal aguda
Debido a la insolación y la deshidratación que padece el perro en estos casos, puede desarrollar insuficiencia renal aguda, la cual es bastante peligrosa pues compromete el estado de los riñones. Para recuperarse debe recibir atención médica inmediata donde será hospitalizado hasta que se restaure la salud del órgano, lo que puede tardar entre varios días o semanas, dependiendo de su gravedad.
Daño general de órganos
En un estado avanzado de insolación, el perro puede sufrir un daño general en varios órganos importantes, debido a las altas temperaturas en su interior. Igualmente, estos casos necesitan atención médica de emergencia, sin embargo, mientras más órganos se encuentren comprometidos menores son las posibilidades de sobrevivir.
Derrame cerebral
Cuando se produce un derrame cerebral en el canino a raíz de una insolación, se hace obligatorio acudir a la clínica veterinaria. Si bien, una afección como ésta en perros no se presenta tan grave como en los humanos y puede hacerse un tratamiento en casa, es importante que antes sea examinado por un veterinario a fin de determinar su gravedad y posibles tratamientos.
Coma
El coma o estupor en los perros que han sido víctimas de insolación, suele aparecer como resultado de una serie de factores, desde derrame cerebral, convulsiones, insuficiencia renal, entre otros. A mayor número de síntomas involucrados en el coma, más difícil será de tratar. El ingreso para tenerle bajo vigilancia y bajo asistencia es indispensable y se mantendrá bajo cuidados intensivos al animal hasta que muestre mejoría.
Muerte
La muerte es la consecuencia final, puede producirse por uno o varios factores a la vez y por lo general ocurre cuando ha pasado mucho tiempo sin atención médica, excepto en los casos donde existe algún atenuante de salud, cuyas posibilidades de sobrevivir son más escasas. Sin embargo, los riesgos de muerte disminuyen luego de las primeras 48 horas de tratamiento.
¿Cómo tratar la insolación en perros?
Es fundamental que se traslade al animal a la clínica veterinaria más cercana lo más pronto posible, porque la insolación es una urgencia veterinaria.
Primeros auxilios
Practicar primeros auxilios a nuestro perro es fundamental, especialmente si su estado es severo y se corre el riesgo de no sobrevivir al traslado al centro médico, por lo que debemos proceder a estabilizarlo lo más pronto posible. Para ello deben seguirse los siguientes pasos:
- Resguardar de las altas temperaturas: Debemos colocar a nuestra mascota en un lugar fresco con ventilación, no sólo debe estar apartado del sol, sino de cualquier escenario que lo esté sofocando.
- Hidratar: No se trata de que nuestro perro tome agua, si él lo quiere hacer voluntariamente podemos dejarlo, pero debemos concentrar nuestros esfuerzos en ayudarlo a bajar su temperatura corporal. Lo mejor que podemos hacer es mojarlo con agua templada, nada de agua fría o congelada, pues esto podría producir consecuencias negativas por el cambio abrupto de temperatura.
- Controlar la temperatura corporal: Una vez que hayamos mojado a nuestro perro, debemos observarlo para analizar la forma en la que evoluciona. Es necesario controlar la temperatura de su cuerpo a través del recto con un termómetro, lo ideal es que se encuentre en 39 grados. Podemos sumergirlo en una ponchera con agua templada para acelerar el proceso, pero con cuidado de no mojar su cabeza.
Hospitalización
Cuando nuestra mascota pueda ser internada, el médico veterinario determinará la gravedad del problema y establecerá el procedimiento a seguir. En los casos más graves, se dejará hospitalizado al perro por 48 horas o más, hasta que salga de peligro y pueda continuar el tratamiento en casa.
Prevención
Para prevenir que nuestra mascota sea víctima de insolación debemos poner especial cuidado a la salud de nuestro perro durante las olas de calor y el verano, proporcionándole abundante agua fresca y suficientes zonas donde pueda protegerse del sol.