La epilepsia en perros ¿Qué hacer? Síntomas y soluciones

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Es posible que los perros tengan ataques epilépticos, ya sean síntoma de un tumor cerebral o que directamente tienen epilepsia. Es importante saber distinguir las diferentes fases de estos ataques para descubrirlos y así saber cómo se puede actuar. Por supuesto, la figura del veterinario será esencial.

 

Qué es la epilepsia en perros

La epilepsia no es una enfermedad contagiosa, sino que los perros que la sufran probablemente la tengan en los genes. Es hereditaria, lo que hace especialmente importante conocer el pasado familiar de un perro para así poder prevenir este tipo de problemas. La mayoría de perros que sufren epilepsia la tendrán de manera hereditaria, pero esta no es la única causa. Es posible que la epilepsia sea un síntoma de que el perro tiene un tumor cerebral, por lo que es muy importante acudir al veterinario desde el primer ataque para que se descubra cuál es exactamente la causa. Normalmente, la epilepsia empieza a manifestarse antes de los seis años de edad, aunque hay perros que tienen los primeros ataques cuando son cachorros.

Esta enfermedad se encuentra con más frecuencia en los perros de razas de mayor tamaño, aunque por supuesto eso no significa que los perros pequeños o medianos no puedan padecerla. La epilepsia es fácil de identificar, ya que al perro le darán ataques que aparecen porque se producen descargas eléctricas en el cerebro. Estos ataques suelen durar un par de minutos normalmente, aunque en algunas ocasiones se podrían alargar algo más, sobre todo cuando sean ataques graves.

Síntomas de la epilepsia en perros

Es importante saber que un ataque epiléptico se puede dividir en tres fases diferentes, antes, durante y después. Por supuesto, mientras esté ocurriendo el ataque será muy fácil de identificar, pero también hay síntomas que nos pueden indicar que está a punto de ocurrir. En primer lugar, antes de que se produzca el ataque en sí, el perro actuará de manera extraña, con movimientos que no se coordinan y temblando como si tuviera frío o estuviera muy nervioso. Sobre todo, parecerá que está confundido y protestará. En algunos casos, es posible que el perro vomite espuma blanca, ya que la epilepsia es una de las causas del vómito en perros.

Después de esto tendrá lugar el ataque epiléptico, y el perro se caerá al suelo y podrá tener convulsiones o simplemente temblar. Hay casos en los que el perro no se mueve, pero sí que se agita de una manera que no parece normal. Es posible que incluso haga sus necesidades encima, y por lo general el perro acabará perdiendo el conocimiento.

Por último, una vez que haya terminado el ataque epiléptico, volverá a un estado similar al de la fase inicial, tendrá una apariencia confundida y se sentirá desorientado. Es normal que incluso sienta miedo y esté demasiado cansado, y en ocasiones puede perder la vista momentáneamente.

 

Qué hacer si un perro tiene un ataque epiléptico

Lo que hay que hacer cuando un perro tenga un ataque epiléptico, tanto si se descubre en la fase inicial como cuando ya está ocurriendo, será mantener la calma. Si el perro empieza a parecer confuso, y con los síntomas que normalmente aparecen en la primera fase de un ataque epiléptico, lo mejor será tumbarlo con cuidado sobre un lugar blando y cómodo. Muchos perros se caen al suelo durante un ataque epiléptico, así que es mejor tener esto en cuenta y mantenerlo tumbado para que no se haga daño.

Es muy importante acompañar al perro mientras dure el ataque. Si ya está ocurriendo, hay que saber que no se le puede meter la mano en la boca para evitar que se muerda la lengua, como mucha gente cree. Es posible que el perro no tenga control sobre su cuerpo y que acabe mordiendo, así que es bastante mejor evitar esto.

Cuando el ataque haya terminado, el perro estará confuso y es posible que también ciego. Por eso mismo debe notar que está acompañado y que debe tranquilizarse. Necesitará descansar, así que será mejor ponerlo en un lugar que sea especialmente cómodo. Además, es probable que el perro tenga sed, así que deberá tener agua cerca.

Una vez haya pasado el ataque y el perro haya descansado, habrá que llevarlo al veterinario para que lo examine. Así se podrá identificar si es realmente un ataque epiléptico, o si es síntoma de alguna otra enfermedad. El veterinario es una figura esencial en la vida de todo perro, tanto si tiene una enfermedad importante como si no. Por eso, es especialmente importante que acudan a él con frecuencia, y también que lleven su calendario de vacunas al día.

Tratamiento de la epilepsia en perros

La epilepsia no se puede curar, pero sí que se puede intentar que los ataques se reduzcan a los mínimos posibles. Lo más importante es que el perro tenga una buena alimentación, comiendo alimentos de calidad, ya sea pienso o cualquier alimento de la dieta que esté siguiendo, como por ejemplo la dieta BARF. También es esencial que no tenga estrés y que se sienta cómodo y querido en su propio hogar. Debe llevar una vida sana, y realizar actividad física con frecuencia.

Además, un perro con epilepsia se puede medicar para que disminuyan los ataques, aunque esto siempre debe recetarlo un veterinario. Por supuesto, si la epilepsia se debe a un tumor cerebral, si este tumor se consigue extirpar correctamente, los ataques epilépticos desaparecerán.

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