La temperatura normal en los gatos está aproximadamente entre los 38 y 39,5ºC, por lo que cualquier temperatura superior significará que el gato tiene fiebre. Es importante saber que la fiebre en sí no es el problema, sino un síntoma de que algo está ocurriendo en su organismo. Por eso, para poder curarlo será imprescindible descubrir la causa y seguir el tratamiento necesario para ella, algo que siempre debe decidir un veterinario.
Además, el aumento de temperatura no es el único síntoma de la fiebre en gatos, pues también hay otros como nariz reseca o falta de apetito o de ganas de beber agua. Hay una serie de remedios que se pueden realizar en casa para ayudar al gato a sobrellevar su malestar, pero nunca deben sustituir al tratamiento recomendado por el veterinario, pues esto podría hacer que el gato incluso llegara a empeorar.
La fiebre en los gatos – Causas
La fiebre es una reacción del sistema inmunitario ante la presencia de algo extraño en el organismo. Por eso, la fiebre en sí no es un problema, sino un síntoma de que algo está ocurriendo, y hay que descubrir qué es lo que es para tomar las medidas necesarias.
Sin embargo, esto no significa que cualquier problema de salud tenga que originar fiebre en los gatos. De hecho, hay algunas causas que son las más comunes cuando un gato tiene fiebre.
Por ejemplo, un gato que tenga tumores es normal que también tenga fiebre. Esto es más común en gatos de mayor edad que en gatos jóvenes. Las enfermedades causadas por virus o bacterias, como el moquillo o la leucemia, y las infecciones virales, fúngicas o bacterianas más leves también suelen ocasionar fiebre. Lo mismo ocurre si un gato tiene pancreatitis, lupus, gripe o está resfriado, y también puede ser el efecto secundario de algún medicamento.
Que estas sean las causas comunes no implica que sean las únicas que pueden originar fiebre en el gato. Hay otros motivos, aunque ocurren con menor frecuencia, y por eso es imprescindible acudir al veterinario cuando comience la fiebre. Además, si se trata de algo grave como un tumor, que sea diagnosticado a tiempo será crucial.
Por supuesto, seguir el tratamiento necesario aconsejado por un veterinario desde el principio será imprescindible para ahorrar molestias innecesarias a los gatos. Nunca se debe dar un tratamiento sin consultar con un especialista, pues podría no tratarse del adecuado y empeorar la situación. Cuanto antes se descubra lo que cause la fiebre mejor, no hay necesidad de esperar y hay que acudir al veterinario ante los primeros síntomas o duda de cualquier enfermedad.
La fiebre en los gatos – Síntomas
La fiebre en los gatos viene acompañada de más síntomas que un aumento de la temperatura. Hay que conocerlos y prestar atención al comportamiento del gato si se piensa que puede tener fiebre o simplemente que se comporta de manera poco normal.
Falta de energía
Cuando un gato está enfermo es normal que se encuentre sin ganas de nada, y que tenga una falta de energía. Esto se notará sobre todo en gatos que normalmente se pasan el día corriendo y jugando, pero que si están enfermos preferirán estar acostados sin moverse.
Falta de apetito
Además, un gato enfermo no querrá beber ni comer como de costumbre. Esto puede ser un problema, pues si beben demasiado poco podrían deshidratarse, así que hay que vigilarlos y tener cuidado de que esto no suceda.
Nariz reseca
Los gatos normalmente tienen la nariz húmeda, al igual que los perros, y se puede secar cuando tienen fiebre. Esto no significa que un gato con la nariz seca tenga que tener fiebre, pero sí que puede ocurrir si también presenta otros síntomas.
Malestar general
Un gato con fiebre se sentirá mal, y no sabrá qué hacer para recuperarse. Por eso, en muchas ocasiones se pondrá nervioso, estará intranquilo y angustiado por no saber cómo arreglar esa situación. Esto también puede venir acompañado por escalofríos, temblores, y una acelerada respiración y ritmo cardíaco.
Falta de higiene
Los gatos son animales muy limpios y comprometidos con su higiene personal. Cuando están malos no tendrán ganas ni fuerzas para hacer nada, por lo que la descuidarán. Esto en la mayoría de los gatos será algo muy raro, y por tanto un síntoma de que algo está pasando.
Por supuesto, aunque estos sean los síntomas principales, un gato puede tener fiebre sin presentarlos, o también teniendo otros síntomas diferentes. En cualquier caso, ante la mínima sospecha de que un gato esté enfermo por cualquier motivo, habrá que acudir al veterinario.
La fiebre en los gatos – Qué hacer
Es esencial que sea un veterinario quien determine cuál es la causa de la fiebre, pues ese es el verdadero problema que hay que solucionar. Seguir el tratamiento adecuado es imprescindible para la correcta recuperación del gato, pero sí que hay una serie de cosas que se pueden hacer en casa para ayudar al gato a sobrellevar la fiebre. Por supuesto, esto nunca debe sustituir al tratamiento recomendado por el veterinario, sino simplemente acompañarlo.
Evitar la deshidratación
Lo más importante es que el gato no se deshidrate. Es algo que puede pasar, pues no tendrá ganas de beber agua, pero habrá que obligarle. Esto se puede hacer dándosela directamente con una jeringuilla sin aguja, y por supuesto tratándole siempre con cariño y evitando hacerle daño.
Darle de comer
Lo mismo ocurre con la comida, pues un gato enfermo es normal que no quiera comer. Para solucionarlo, se podrá dejar a un lado el pienso para darle comida que le guste más, como alguna lata húmeda. Es importante saber que un gato nunca debe comer las sobras de los humanos, pues esto podría hacerle engordar. Por eso, bastará con comida para gatos que sea más apetecible que la que come habitualmente.
Paños húmedos
Para bajar la fiebre, al igual que en los humanos, se pueden utilizar paños humedecidos con agua fría. Se pondrán en su frente, abdomen y patas durante unos minutos, lo que le ayudará a bajar de temperatura.
Zona cómoda
Además, como el gato preferirá pasarse acostado el tiempo que esté enfermo, debe hacerlo en un lugar cómodo. Por supuesto, debe tener una cama mullida, pero también hay que cuidar que el espacio no sea demasiado frío ni demasiado cálido, debe tener una temperatura óptima. Cuanto más cómodo esté el gato, más fácil será su recuperación. Por supuesto, darle todas las comodidades posibles ayudará a que se sienta mejor durante el tiempo que dure el malestar.
La fiebre en los gatos – Cómo prevenirla
La fiebre es un síntoma más de que algo le está ocurriendo al gato. Esto puede ser algo grave o leve, pero para evitar sufrimiento al gato y posibles complicaciones, lo mejor será prevenir cualquier enfermedad siempre que se pueda.
Para eso, el gato deberá estar vacunado, siendo imprescindible que siga su calendario de vacunas obligatorias, y se las ponga en la fecha que le toque. Esto ayudará a impedir que contraiga enfermedades peligrosas muy difíciles de curar, algo por lo que no hay necesidad de pasar.
Además, hay que conseguir que el gato se sienta cómodo en casa, y sobre todo que tenga una alimentación y cuidados de calidad. Muchos gatos abandonados contraen enfermedades precisamente por la falta de cuidados y vacunas.