Las 5 libertades del bienestar animal

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Las 5 libertades del bienestar animal ayudan a saber cómo es la calidad de vida de un animal, y sobre todo qué debe hacerse para ayudarlo a tener una vida cómoda y feliz. Sus necesidades se pueden resumir en 5 puntos, y habrá que asegurarse de que todos están cubiertos. Cuando un perro se comporte de manera extraña, si parece triste o apagado, o incluso agresivo, habrá que examinar si sus 5 libertades están cubiertas. Si no es así, habrá que remediarlo inmediatamente para que el perro vuelva a ser feliz. De esta forma, cualquier animal tendrá una buena calidad de vida que garantice su bienestar.

Libertad de hambre y sed

Hay que prestar especial atención a que una mascota tenga cubiertas sus necesidades. Por eso, hay que evitar que tengan hambre o sed, sobre todo cuando están en casa. Siempre deben tener acceso a agua fresca disponible, especialmente cuando haga demasiado calor. También es necesario que puedan beber durante la noche, por lo que hay que tener en cuenta que deben tener un bebedero con agua que siempre esté lleno. Hay que revisarlo varias veces al día, y sobre todo antes de acostarse para garantizar que a lo largo de la noche puedan acceder a él si lo necesitan. En lugares demasiado fríos, hay que cuidar que el agua no se hiele.

Por otro lado, un animal siempre debe tener la comida que necesita. Se debe ajustar a cada animal según su raza, peso, edad y actividad física. Hay animales como los perros que siempre parecerá que tienen hambre y no dirán que no a alguna comida rica. No es necesario atiborrarlos, de hecho puede ser dañino, pues pueden acabar con sobrepeso. En estas ocasiones bastará con que ingieran la cantidad de alimentos necesarios para ellos, siempre adaptándose a sus condiciones particulares. Lo importante es que no se salten ninguna comida, y por supuesto nunca deben comer menos de lo necesario. Además, hay que tener en cuenta qué tipo de alimento se le da a cada mascota, pues debe ser uno que se adapte a sus necesidades y que le aporte todos los nutrientes que necesita en su día a día. 

Libertad de incomodidad

Las mascotas siempre deben vivir en un lugar en el que se sientan cómodas. Para ello, será indispensable que tengan su propio espacio dentro de la casa. Deberá haber alguna cama mullida, o incluso más de una, donde se pueda acostar siempre que quiera. En lugares donde haga frío, también es recomendable que tengan alguna manta, pues hay animales que son frioleros, y esto ayudará a que se sientan mejor. Por supuesto, deben sentir que donde viven también es su casa, y deben estar tranquilos y cómodos. Se recomienda que tengan juguetes propios como peluches o pelotas, todos adaptados a la especie animal que sea.

La mascota debe saber cuál es su hogar, y que ese es el lugar donde debe relajarse. Si tiene cosas que sabe que son solo suyas, se sentirá más cómoda y querida, además de saber que está en un lugar seguro. Por eso, lo más importante es que tenga un lugar cómodo donde descansar, y cuidar también de la temperatura. Si hace frío es recomendable poner algún calefactor o al menos una manta, mientras que si hace calor será mejor poner el aire acondicionado o un ventilador. Lo importante es que la mascota debe sentirse muy cómoda en su propia casa. 

Libertad de dolor y enfermedad

Para cumplir con esta libertad es imprescindible llevar al día las vacunas y las revisiones veterinarias. Cuando un animal se sienta mal, o presente cualquier síntoma sospechoso, es necesario acudir a un especialista para que determine qué es lo que le está pasando. No hay que ignorarlo y dejar que se pase con el tiempo, pues el problema se puede llegar a agravar, y además el animal se sentirá mal demasiado tiempo sin ser necesario. Una vez determinado el problema, habrá que seguir el tratamiento que aconseje el veterinario para poder curar lo que le esté ocurriendo al animal.

Por supuesto, si tienen alguna herida, por ejemplo, deberá curarla el veterinario. A menos que se sepa qué es exactamente lo que le pasa y cómo debe curarse, no es recomendable que se trate en casa, pues al final podrá pasar que el animal empeore. Un animal enfermo no es un animal feliz, y si se encuentra mal no será él mismo. Determinar la causa de su malestar y realizar el tratamiento necesario es imprescindible para que vuelva a sentirse cómodo y bien.

 

Libertad de expresión

Un animal nunca debe sentirse como si estuviera encerrado en una jaula. Por esto, es importante dejarle que investigue, olfatee y conozca su hogar. Debe tener un espacio suficiente para no sentirse agobiado. Si conoce el lugar en el que vive y se familiariza con él, será mucho más fácil que adopte unas rutinas y que además se sienta cómodo.

Además, aunque hay mascotas independientes, a ninguna le gustará estar todo el día sola. De hecho, muchos animales son muy familiares y estarán encantados de pasar el día acompañados. Un animal debe aprender a socializar y relacionarse tanto con personas como con otros animales, ya sean de su especie o no. Este contacto hará que sean mucho más felices, pues a nadie le gusta estar siempre solo sin tener contacto con nadie.

Todos los animales deben poder expresar su comportamiento natural. Es imprescindible adaptarse a las necesidades de las mascotas, sobre todo teniendo en cuenta su especie. A un perro le encantará estar el día cerca de su familia y jugando con peluches o pelotas, mientras que un gato a lo mejor prefiere tener su propio espacio en el que entretenerse. Por supuesto, hay que tener en cuenta el comportamiento de cada animal en concreto, y hacer que se sienta lo más cómodo posible, explorando todo lo que quiera. 

Libertad de miedo y estrés

Una mascota nunca debe tener miedo sin sentirse agobiada o con estrés. Hay que ayudarle a tranquilizarse y a evitar las situaciones que desarrollen estos sentimientos. Para ello hay que prestar atención al motivo por el que el animal se siente así. En muchas ocasiones, los perros que han sido adoptados también han sido maltratados y después abandonados. Esto hace que sea común que tengan miedo a las personas, pues aunque consigan una segunda oportunidad en la vida con una familia que les quiere de verdad, al principio les costará ganar confianza. Esto demuestra que a un animal, ya sea perro o de cualquier otra especie, es obligatorio tratarlo bien. Por supuesto, a la hora de educarlos se les puede reñir si hacen algo mal, pero nunca en exceso, y sobre todo, nunca hay que usar la fuerza.

El entrenamiento debe hacerse a base de refuerzos positivos, de manera que el animal pierda el miedo a aprender, y sobre todo que no se sienta estresado. Hay otras cosas que también pueden agobiar a las mascotas, como por ejemplo acercarse a animales demasiado grandes, o incluso pasar todo el día solas en casa. Hay que enseñarles a tranquilizarse, de manera que aprendan que no hay por qué tener miedo, pues de esta forma serán mucho más felices y vivirán mejor.

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