El Pastor Húngaro, también conocido como Puli, es una raza de perro que, como su propio nombre indica, proviene de Hungría. Cuenta con un tamaño mediano, llegando a pesar entre 13 y 15 kilogramos los machos, y las hembras un poco menos, entre 10 y 13 kilogramos. Son utilizados como pastores o como perros policía, demostrando que cuentan con una gran inteligencia y capacidad para ser entrenados. Destacan sobre todo por lo curioso que es su pelo, pues parece que están repletos de rastas, aunque hay quien prefiere cortárselas.
Pastor Húngaro – Historia
Desde el siglo IX los pastores de Hungría decidieron usar dos tipos de perro para cuidar sus rebaños de ovejas. Uno de ellos era de tamaño grande y se usaba para cuidar el rebaño durante la noche. El otro, de tamaño más pequeño, era el Puli o Pastor Húngaro, que es el que se utilizaba para cuidar a las ovejas durante el día.
Su tamaño pequeño no hizo que los pastores se decidieran por una raza de perro más grande para cuidar de sus ovejas, pues quedaron asombrados por la energía y eficacia que el Pastor Húngaro presentaba. Se extendió la voz de su gran habilidad, ganando popularidad incluso fuera de su país natal, lo que lo ha llevado a estar presentes en países como el nuestro. Así, hasta la actualidad, sigue siendo el perro favorito a la hora de cuidar rebaños en Hungría, además de en otros lugares.
Pastor Húngaro – Aspecto físico
Cuenta con un pelo que se asemeja a las rastas, y en un adulto puede incluso llegarle al suelo. A veces puede llegar a ser difícil incluso encontrar su cara por verse sumergida en una gran masa de pelo. Puede parecer una especie de alfombra andante con cuatro patas, por lo que está claro que es necesario prestar atención a su pelo, y cortarlo de vez en cuando para mantenerlo sano y que, sobre todo, no afecte al perro en el día a día, impidiéndole realizar labores normales. A partir del año de edad es especialmente recomendable tener cuidado de que sus trenzas o rastas no se anuden entre sí, aunque es completamente normal que existan, pues es la característica más llamativa de este tipo de perro. No será hasta los dos años que terminen de formarse los cordones que formarán su pelo de adulto.
El Pastor Húngaro puede ser de color negro, gris, cobrizo o blanco. Rara vez mudan el pelo, lo que significa que no se les cae y que difícilmente encontraremos rastros de pelo por la casa. Bañarlos con frecuencia puede perjudicar la apariencia de su pelo, por lo que es mejor consultar con un veterinario, o incluso llevarlo a una peluquería canina que sepa tratar correctamente su pelo. El uso de jabones no recomendados, además, puede ocasionar daños en su piel.
Pastor Húngaro – Comportamiento
Este tipo de perro destaca por su habilidad pastoral y policial, por lo que es fácil imaginar que se trata de una raza de perro muy inteligente y que necesita entrenamiento. Se considera una de las razas más domesticables, aunque pueden llegar a ser demasiado independientes y preferir pasar tiempo o realizar actividades él solo que acompañado por otro perro o algún humano.
Si se les entrena correctamente, a base de refuerzos positivos, eliminando completamente los negativos, estos perros no dejaran de sorprender por todas las cosas que saben hacer. Se les puede llevar a un parque destinado a los perros, que suelen contar con pistas de entrenamiento, donde estarán encantados de aprender cosas nuevas, además de correr y jugar con otros perros. Tienen un carácter dominante, y si desde pequeño no han tenido relación con otros perros, en ocasiones se pueden ocasionar problemas. Por eso, es muy importante que jueguen con perros de distintas razas y tamaños desde que son cachorros, pues acostumbrándose a ellos y a que son amigos con los que jugar y pasárselo bien, no habrá ningún problema.
Carácter
El Pastor Húngaro es un perro muy fiel a sus humanos, aunque puede llegar a desconfiar de extraños. A pesar de ser independiente, le gusta tanto hacer cosas que se aburrirá si se queda demasiado tiempo solo en casa. No puede parar quieto un segundo y siempre necesitará algo que hacer, ya sea solo o acompañado. Su instinto hace que estén siempre alerta y que no le gusten los extraños, aunque una vez que conozca a las personas demostrará su simpatía y cariño. Si están solos y aburridos pueden llegar a ladrar mucho para intentar llamar la atención y que jueguen con él o le den algo que hacer.
Pastor Húngaro – Ejercicio
A pesar de ser perros de relativamente poco tamaño, están cargados de energía y les encanta jugar. Necesitan hacer ejercicio para no aburrirse, y se estresarán si están todo el día encerrados en casa sin poder jugar, moverse o correr. Como mínimo, es recomendable destinar una hora al día a que hagan ejercicio. Sus ganas de ejercicio y energía, así como su simpatía por sus propios humanos, lo harán el perro ideal para jugar con niños, retándose uno a otro a ver quién se cansará primero.
Les encantan las pelotas y correr detrás de cualquier objeto que se les tire, agitando su lanoso pelaje con mucha gracia en cada uno de sus movimientos. Pueden vivir en un piso, aunque prefieren las casas con jardín donde jugar y correr. Sin embargo, si se les saca a pasear habitualmente a espacios abiertos donde puedan hacer ejercicio, no habrá ningún problema con que vivan en un espacio pequeño.
Es el perro ideal para cualquier persona, incluso para niños o para quien viva en un apartamento pequeño. Lo único que necesitan son sus dosis de cariño y ejercicio diarias.
Pastor Húngaro – Salud
El Pastor Húngaro es un perro con mucha resistencia a las enfermedades, aunque su pelo tan característico es importante que se cuide habitualmente. Los problemas de piel son comunes en perros que tengan el pelo descuidado. Basta con prestarle atención y que sus rastas no se anuden entre ellas, ni siquiera es necesario cepillarlos cada poco tiempo.
Su pelo muchas veces cubre sus ojos, lo que puede llegar a provocar problemas oculares. Por eso, también es importante retirarles el pelo cuando parezca que le entorpece la visión, así se evitarán problemas futuros más graves. Suelen tener problemas en los ojos más allá de los causados por su pelo, pues la atrofia progresiva de retina es algo común en esta raza. Es necesario, por tanto, que un veterinario los examine al menos una vez al año.
También se les puede cortar el pelo si se prefiere que no tengan sus características rastas, aunque si no se hace habrá que examinarlas para encontrar posibles objetos que hayan quedado atrapados en ellas, así como suciedad.
Es común en el Pastor Húngaro la displasia de cadera, un problema que necesita cirugía para solucionarse. Además, esto es algo que pueden transmitir a sus cachorros.
Por lo general, como ocurre con cualquier perro, es necesario llevarlo a revisiones veterinarias para controlar cualquier problema que se pueda haber ocasionado sin que nadie se haya dado cuenta. Además, es muy importante que, como todos los perros, sea la raza que sea, lleven al día sus vacunas para evitar peligrosas enfermedades que ocasionen graves daños irreparables. Si llevan un control veterinario, se presta atención a sus ojos y a su pelo, el Pastor Húngaro no presentará ningún problema de salud importante.