La vacuna de la rabia es obligatoria, además de muy importante, en nuestros animales de compañía. Perros y gatos son susceptibles de contraer esta enfermedad, resultando muy peligrosa tanto para la propagación de la población animal como humana, por lo que resulta un trámite que deberemos realizar sí o sí, en el caso de tener a cargo uno de estos animales.
En el caso de los perros, la vacuna antirrábica se considera obligatoria desde hace años. En los gatos, sin embargo, la obligatoriedad de administrarla posee menos tiempo, y es necesaria incluso si el animal no sale a la calle.
Las vacunas permiten mantener alejadas algunas enfermedades que pueden llegar a ser mortales, por lo que pueden salvar la vida de nuestro animal y de todos aquellos animales y personas que pertenezcan a su círculo social. Son, por tanto, propagadoras de salud; este es el motivo principal por el que debemos atender al calendario de vacunación y proceder a administrar las vacunas necesarias en cada etapa de la vida de nuestro mejor amigo canino u gatuno. No existe mejor regalo que podemos ofrecerle a nuestro perro recién adoptado.
¿Qué es la vacuna de la rabia?
La tan conocida vacuna de la rabia es la inmunidad frente a la rabia, una enfermedad grave con alta probabilidad de transmisión de animales a animales, y de animales a personas. En la mayoría de las ocasiones, esta enfermedad resulta mortal, por lo que es necesario tomar medidas y evitar que pueda propagarse.
Su propagación puede realizarse a través de la mordedura de un perro enfermo de rabia. Se estima que cada año fallecen unas 60.000 personas como consecuencia de esta enfermedad. Estos datos demuestran, nuevamente, la importancia de frenar su propagación y disfrutar de nuestros animales de compañía de una manera totalmente sana y segura.
Esta vacuna no previene la infección al 100%, debido a que en muchas ocasiones no llegan a proteger de manera total. Necesita la administración de recuerdos cada cierto tiempo, pues su inmunidad puede ser limitada en el tiempo. En ella intervienen algunos criterios individuales correspondientes a la raza y a la salud del animal, como son la edad, la raza, el sexo, la historia clínica, estrés, medicación administrada y estilo de vida, entre otros.
¿Por qué debemos vacunar de la rabia a nuestro animal de compañía?
Existen diferentes razones de peso para atender a la necesidad de administrar la vacuna de la rabia a nuestros animales de compañía (perros y gatos). Algunas de ellas son:
1-La rabia es una enfermedad reemergente
Los avances de la ciencia han permitido detener la propagación de la rabia, aunque no erradicarla. Se trata de una enfermedad reemergente que puede activarse si se relajan las medidas de prevención. La vacuna supone una de ellas, por lo que es importante seguir su pauta de administración para prevenir un posible brote que pueda volver a extender su propagación.
Existen algunos animales que pueden propagar la rabia y que, por sus características, no son vacunados, como los murciélagos insectívoros. Por ello, es importante vacunar a nuestros animales de compañía, con el fin de inmunizarlos frente a un posible encuentro con estos animales portadores.
2-La vacuna no es definitiva
La vacuna de la rabia no posee una inmunidad del 100%. Además de ello, sus efectos van disminuyendo con el paso del tiempo. Por ello resulta necesario administrar los recuerdos pertinentes, con el fin de garantizar una máxima protección en todo momento. Aunque se recomienda la vacuna anual, el veterinario puede determinar otro tipo de vacunación, en función de la historia clínica y otras características del animal. El criterio del profesional debe prevalecer frente a las recomendaciones oficiales, siempre y cuando actúe en beneficio sanitario del animal.
3-En gatos es obligatoria, aunque no salgan de casa
Desde hace unos años, la obligatoriedad de vacunar a los gatos se hizo efectiva aún cuando éstos no salieran de casa. Estos animales pueden ser focos contagiadores y propagadores, por lo que necesitan estar protegidos con el fin de poder controlar un posible brote.
4-Los perros: altos focos de infección
Se estima que los perros son los propagadores de hasta el 95% de casos de rabia en humanos. Estos datos pueden mejorar con una mayor conciencia de vacunación. Existen, todavía, una determinada cantidad de animales que no han recibido las dosis adecuadas; muchos de ellos callejeros, se encuentran en contacto directo con otros animales y personas que quedan expuestas a su contagio.
Además, la compraventa ilegal de cachorros puede propagar fácilmente la rabia en nuestro país, pues algunos de ellos provienen de países en los que esta enfermedad es una realidad endémica. Generalmente, estos sistemas de compraventa no ofrecen adecuadas garantías sanitarias, por lo que resulta un peligro exponerse a estas enfermedades. Por ello, en caso de querer convivir con un animal, es recomendable adoptarlo a través de asociaciones legales.
Por todo ello, vacunar a nuestros animales de compañía de la rabia es una de las garantías más eficaces y seguras que existe para contribuir a la no propagación de esta enfermedad en población animal y/o humana. Generalmente es el veterinario quien informa de su necesidad cuando llega el momento oportuno para administrarla; para ello, es necesario acudir a las revisiones fijadas y velar, en todo momento, por el beneficio del animal y de todas las personas y otros animales que conviven con él. Regálale salud a tu mascota… ¡y a tu familia!