Los animales son como los humanos en cuanto a temas de salud y es importante estar pendientes de cualquier anormalidad para actuar pronto y en consecuencia, evitando así que cualquier malestar se le pueda complicar.
Con el tema de la alimentación y los trastornos digestivos e intestinales sucede lo mismo que en nosotros, solo que en el perro además pueden darse otras enfermedades como consecuencia de la presencia de parásitos. Puesto que el animal no puede explicarte que se encuentra mal, tendrás que estar ojo avizor, para detectar problemas intestinales en los perros.
Cuando se trata de los trastornos gastrointestinales en un perro, es importante que tengas presente que no simplemente se requiere del uso de medicamentos para curar la enfermedad, sino que también vas a necesitar que tu mascota lleve una dieta apropiada, ya que los alimentos especialmente elaborados para esta clase de afecciones serán fundamentales para una pronta recuperación. Cuando el tratamiento con fármacos no se combina con una dieta especial, no ofrece los mejores resultados.
Problemas gástricos
Se puede decir con mucha certeza que uno de los principales síntomas de una afección gástrica en los perros son los vómitos. Estos puede que se presenten de manera aguda o crónica y ocurrir debido a otras patologías. Para que los vómitos ocurran de manera consecutiva, el perro realizará un esfuerzo muy grande y bastante molesto que provocará que el alimento que se encuentre dentro de su estómago sea expulsado por la boca, provocando un malestar general en animal.
Lo primero que debes hacer para solucionar esta enfermedad, es apartar todos los nutrientes necesarios que el organismo de tu mascota necesita, para que de esta manera se disminuya la irritación gástrica.
En muchos de los casos, la restricción en los líquidos dentro de su alimentación permanecerá por 24 horas y la restricción de los alimentos sólidos será hasta por 48 horas (solo en los perros que sean estables y que no tengan síntomas que indiquen deshidratación), esto a menudo es suficiente para que el problema se mantenga bajo control.
Después de que ese tiempo haya pasado tu perro podrá comer de nuevo su alimentación correspondiente en tomas pequeñas y con una frecuencia de hasta unas tres veces en el día.
Cuando se trata de algo más agudo, suele estar acompañado por otra serie de síntomas como en el caso de la diarrea o la desnutrición. Por lo tanto será necesario implementar otras medidas en su dieta y medicamentos más fuertes.
Gastritis
Esta se considera una de las primeras razones por las que aparece el vómito consecutivo en un perro, y para que una inflamación como esta suceda, la mucosa gástrica tiene que verse afectada, cosa que puede ocurrir por comer algún alimento tóxico, consumir algún objeto extraño o la administración incorrecta de los medicamentos, entre otra clase de causas.
Hay que acudir al veterinario e informar de que nuestro perro está vomitando en color amarillo y con presencia de sangre. Aparte de este vómito, también podrá darse diarrea, dolores en la zona abdominal y deshidratación, la cual es muy peligrosa.
Partiendo de ese instante, el veterinario tendrá que llevar a cabo una serie de estudios para poder determinar por qué ha ocurrido la gastritis, que bien puede ser a través de los análisis de su sangre o de la orina para descartar problemas que afecten los riñones. Puede que también se lleven a cabo análisis de las heces para detectar la presencia de parásitos.
Otro de los estudios que también se tienen que realizar son las múltiples radiografías, ecografías y endoscopias, para así determinar la presencia de posibles cuerpos extraños que el perro haya ingerido.
Una vez que se haya determinado la causa de la enfermedad, lo primero que se debe hacer es atacar el origen del mismo, que bien puede ser la extracción del objeto que se encuentra en su interior o la reducción de alguna afección renal, entre otros. Pero no solo eso, ya que también se debe aplicar un tratamiento para la misma gastritis y para hacerlo será necesaria la administración de medicamentos y llevar a cabo una dieta estricta.
Es importante que tengas en cuenta, que para resolver cualquier problema que sea gastrointestinal lo primero que se debe hacer es restablecer la alimentación por la vía oral.
En lo referente a una gastritis en los perros, si se suspende la alimentación por vía oral por un determinado tiempo, la mucosa puede sufrir atrofias que provocará una disfunción intestinal y también digestiva. Existen casos donde la administración de los alimentos usando una sonda a través de la nariz, puede lograr que los vómitos se detengan sin que se tenga que recurrir al uso de los medicamentos.
Problemas que afectan el intestino delgado
Este tipo de problemas duele ocurrir con mucha frecuencia en los perros de compañía y eso se debe a la diversidad de enteropatías tanto agudas como crónicas que los puede afectar. Los principales motivos de que esto suceda son las alteraciones dentro del intestino delgado, las alteraciones en su alimentación, la presencia de agentes que puedan provocar infecciones, virus, la presencia de parásitos o hasta la administración de ciertos medicamentos.
Diarrea de malabsorción u osmótica
Esta es la diarrea que ocurre más a menudo en los perros; cuando los nutrientes no se han absorbido correctamente dentro del intestino puede ocurrir una irregularidad pasiva en el agua que se dirige hacia los mismos que termina por convertirse en una diarrea líquida o también en unas heces que presentan un color blanco.
La cusa de esto generalmente es una mala digestión, una alimentación excesiva, una mala absorción de los alimentos, entre otros. Para solucionar una diarrea como esta, el perro debe permanecer en ayuno aproximadamente entre 24 a unas 36 horas.
Diarrea por alteración en la permeabilidad que tiene la mucosa
La barrera que se encarga de la permeabilidad del intestino se encuentra constituida por unas uniones que son epiteliales, capilares de sangre, vasos linfáticos y por toda la organización del sistema inmune. Cuando ocurre un problema en cualquiera de esas estructuras, puede dar lugar a una diarrea.
La expulsión de las heces puede contener sangre, y una dieta específica no será suficiente para poder solucionar esta clase de diarrea.
Diarrea debido a la alteración en la motilidad gastrointestinal
Esta también es una afección bastante frecuente, que también se conoce con el nombre de íleo. Cuando no existe la presencia de contracciones dentro del intestino delgado, este toma una forma similar a la de un tubo y provoca que los alimentos ingeridos pasen demasiado rápido a través del mismo.
Gastroenteritis aguda
Esta es una inflamación que ocurre en el intestino delgado y que puede ser derivada por una gastritis que se ha vuelto aguda. Por tal motivo, tienes que conocer de qué trata la enfermedad para poder tratarla ya que también ocurre muy a menudo en los perros.
Las principales razones de que ocurra una gastroenteritis aguda en los perros son los elementos tóxicos o una mala alimentación.
Los canes que padecen un problema como este, comúnmente presentan vómitos, aunque en la mayoría de los casos puede que el perro se muestre con pérdida del apetito, con diarrea y hasta muy deprimido.
Antes de que por alguna razón se llegue a considerar un origen poco habitual de esta afección, es de mucha importancia que analices si en algún momento estableciste algún cambio dentro de la alimentación de tu compañero peludo, pues esta suele ser una de las causas más comunes de la gastroenteritis.
Una vez que tengas una idea de lo que pudo haber provocado la enfermedad, recuerda que si no es tratada con rapidez la vida de tu perro se encontrará en peligro. Entre los síntomas que pueden indicar que su vida se encuentra en riesgo están el dolor en el abdomen, la presencia de una fuerte deshidratación, presencia de sangre en sus heces y una fiebre muy alta.
Aquellos perros que tienen riesgo de perder su vida al igual que los que no, necesitan ser sometidos a una diversidad de estudios que el veterinario realizará para poder aplicar el mejor tratamiento y así restaurar su salud.
De la misma forma que sucede con la diarrea, el agua tiene que ser el nutriente principal que se aporte a un perro que sufra de una gastroenteritis aguda, puesto que a través de los vómitos y de la diarrea se perderán muchos líquidos.
Los electrolitos y la glucosa hay que equilibrarlos y controlarlos, así como el equilibrio general de los fluidos intestinales.
Una alimentación específica que el veterinario establecerá, y que mantendremos durante 48 horas, ayudará a mejorar la salud del perro. Además de agua. Procuraremos no agotar el sistema digestivo, dando al animal tomas de hasta 8 veces en el día pero en pequeñas cantidades.
Si observas que tu perro a pesar de todo continúa con los vómitos, tienes que suspender su alimentación para continuar con la misma después de unas cuantas horas.
Trastornos que afectan el intestino grueso
La colitis se encuentra entre los trastornos más comunes que pueden afectar el intestino grueso de un perro. Se trata de una inflamación que tiene lugar en el colon, que es un área del intestino que se encarga de la absorción de agua, por lo que al inflamarse puede generar una diarrea.
Los síntomas que provoca una colitis en los perros son: la presencia de mucosidad en las heces, presencia de sangre y en, los casos más agudos, los perros sufrirán una severa debilidad.
El motivo más frecuente de una colitis aguda es el desorden alimenticio o la presencia de parásitos como el Trichuris vulpis. Este tipo de desorden puede ocurrir debido al consumo de alimentos excesivo, que haya ocurrido un cambio demasiado brusco en la dieta, el consumo de basura al igual y comida descompuesta, nutrientes que no se puedan digerir y elementos tóxicos.
Por otra parte, tienes que estar muy atento al calendario para la desparasitación de tu perro.
La causa principal de una colitis puede ser muy complicada de detectar, y eso se debe a que existe una gran cantidad de afecciones y problemas diferentes que pueden provocar una diarrea. Por lo tanto, es de mayor importancia tomar en cuenta el estado de salud del perro y así descartar posibles riesgos.
En su mayoría, cuando los perros sufren de una colitis que es aguda en su intestino grueso, suspender los alimentos sólidos más el consumo de líquido por hasta 48 horas, puede disminuir o incluso resolver dicho problema.
La deposición normal se podrá restablecer en un tiempo aproximado no mayor a los 5 días. Y lo conveniente es que se administre una alimentación que sea lo más digerible posible al momento de volver a incorporar los alimentos sólidos, manteniendo así una dieta que contenga poca grasa.